El Polestar 2, el primero de los coches totalmente eléctrico de la empresa nacida de Volvo, acarrea detrás de él una serie de decisiones estratégicas que van desde la elección de su tamaño, formato y diseño, ahora mismo alejado de la pelea por el segmento SUV de varios de sus rivales, hasta la coyuntura legislativa y social elegida para lanzar un producto con el que se asegura la demanda y que, incluso, inaugurará una forma diferente de propiedad de un vehículo.
El Polestar 2 es así respondiendo a razones funcionales y estéticas, y refleja la intención de Polestar de hacer las cosas de manera diferente. El diseño exterior está inspirado en el concept 40.2 de Volvo combinado con unas prestaciones de deportivo. Se trata de una berlina con una longitud de 4.607 mm, un ancho con espejos de 1.859 mm, una altura de 1.478 mm y una distancia entre ejes de 2.735 mm. La potencia de su motor eléctrico es de 300 kW (408 CV) que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos. Esta alimentado por una batería de litio de 78 kWh de capacidad capaz de ofrecer una autonomía de 440 kilómetros. Su precio base será de 63.000 dólares (55.300 euros) y está previsto que llegue al mercado a mediados de 2020.
La diferenciación ha llegado hasta su interior minimalista y centrado en la tecnología que ha adaptado su diseño, modificando la estructura en forma de monopatín de la plataforma habitual de los vehículos eléctricos en favor de un elemento de diseño que estos han logrado erradicar: un "túnel de transmisión" que realmente no lo es, sino que es un área que sirve para situar parte de los módulos que contienen las 324 celdas tipo bolsa que conforman su batería.
Polestar 2.
Generalmente, en los vehículos eléctricos la batería se sitúa en la parte baja del vehículo. Según ha declarado a Automotive News el jefe de diseño de Polestar, Maximilian Missoni, en el circuito de pruebas Hällered de Volvo, cerca de Gotemburgo, esta distribución, sumada a la altura del vehículo compromete la aerodinámica y la autonomía. Por eso, los ingenieros de Polestar retiraron las celdas de la batería que se sitúan bajo los asientos traseros, bajando la altura del vehículo para crear una silueta tipo fastback, con dos volúmenes y una fuerte pendiente desde el techo hasta el extremo trasero de la carrocería. Además de poder sentarse más cómodamente, los pasajeros de los asientos traseros disponen de una consola central que se habilita sobre el túnel elevado.
La misión del Polestar 2
El Polestar 2 es un vehículo crucial para la marca y para el objetivo de Thomas Ingenlath, CEO de Polestar, que quiere hacer de ella una marca rentable en cinco o siete años, construyendo alrededor de 50.000 unidades del Polestar 2 en su primer año completo y alcanzando una ventas globales de 100.000 unidades al año. "El Polestar 2 es el coche que definirá la marca", ha dicho Jonathan Goodman, Director de Operaciones de Polestar.
Forma parte de una ambiciosa cartera de productos que inaugurará con el Polestar 1, una berlina híbrida enchufable, en lo más alto de la gama, que se venderá en edición limitada a un precio de 155.000 euros. En medio se ubicarán otros modelos, como Polestar 3, un SUV estilo cupé basado en la próxima generación de la plataforma de arquitectura escalable de Volvo cuya producción no comenzará hasta finales de 2021.
Polestar 1.
¿Por qué una berlina y no un SUV?
Los ejecutivos de Polestar señalan el éxito de ventas del Tesla Model 3 como ejemplo de la existencia de una demanda de berlinas de tamaño medio, eléctricas, bien diseñadas y con un alto rendimiento. Una decisión estratégica para evitar entrar en la pelea con fabricantes como Jaguar, Volkswagen y Mercedes-Benz, enfocados al segmento de los SUV eléctricos. "Será la única alternativa al Model 3 en los próximos 18 meses", asegura Goodman.
Además, el hecho de ser una marca nueva "sin un legado por el que preocuparnos", dice Goodman, "nos convierte en expertos en coches eléctricos y nos hace más creíbles". Pero al mismo tiempo Polestar nace de un viejo fabricante de automóviles ya establecido como es Volvo, con gran reputación, que le provee de recursos técnicos y económicos. Además, tiene garantizado el acceso al mercado chino a través de su accionista mayoritario, Geely. "Podemos estar en China, podemos estar en Europa, podemos estar en los Estados Unidos al mismo tiempo", anuncia Goodman,
Polestar 3.
Nuevo formato de propiedad
La idea de la firma es ofrecer un servicio rompedor, similar al que ofrece Netflix en televisión. Se aleja de los modelos como el carsharing o el leasing y ofrece, por un precio cerrado, un contrato que permitirá al cliente elegir el vehículo y llevárselo, pudiendo cambiar de modelo a voluntad del e incluyendo costes como el seguro, sin pagos extra ni depósitos de reserva ni nada por el estilo. Es algo parecido al programa piloto que Porsche inició en Estados Unidos con su aplicación Porsche Passport, o al Care by Volvo que combinan alquiler, seguro y mantenimiento en un pago mensual.
Además, sus tiendas combinarán la esencia de Tesla y de Apple. Los trabajadores actuarán como guías, mostrando a los interesados los vehículos y permitiéndoles probarlos sin ningún tipo de compromiso, ya que no cobrarán comisión por ventas. Los clientes podrán configurar y comprar vehículos también de forma online. De Tesla incorporará el modelo de tienda, alejándose de los tradicionales concesionarios. Del mismo modo, la omisión de una comisión hará que la experiencia de la tienda sea como en Apple, con una atención personalizada sin importar si el cliente es suscriptor, es propietario, ha comprado el coche en esa tienda o por internet.