Ya hemos podido ver en numerosas ocasiones como hay un mercado aún por explotar dentro del nuevo mundo de las baterías de los coches eléctricos, el del reciclaje de dichos dispositivos. La mayoría de marcas se centran en reutilizar y aprovechar al máximo el potencial que ofrecen los diferentes materiales que forman la batería, como forma de ahorro de costes y de minimizar el impacto medioambiental. Por ello son muchas las empresas especialistas que se dedican a llevar a cabo un importante desembolso económico para innovar en este campo. Firmas de reconocido prestigio como Northvolt o CATL, entre otras muchas.
Hace escasas semanas supimos que en España se instalará una primera factoría dedicada al reciclaje de baterías de coches eléctricos, la cual estará firmada por Endesa y Urbaser. Pero si algo tienen en común muchas de estas iniciativas es que su innovación, desarrollo y posterior mano de obra se llevará a cabo en Europa, por lo que desde el gobierno de la Unión Europea han visto cómo se ha abierto ante ellos un rayo de luz en el que centrar un importante número de su futura industria.
Según asegura un nuevo estudio publicado por Fraunhofer ISI, en el año 2030 el crecimiento de la industria dedicada al reciclaje de baterías de coches eléctricos copará un destacable puesto dentro de la propia economía europea, por lo que llega a la conclusión de que nuestra comunidad puede llegar a convertirse para esa fecha en líder del sector a nivel mundial y en el puro sentido ecológico, es decir, donde primaría el respeto medioambiental y las bajas emisiones en todo el proceso.
Este estudio muestra que en Europa el volumen de reciclaje de baterías de iones de litio usadas, así como sus propios componentes, ascendería hasta los más de 230 kilotoneladas anuales a partir del año 2030, mientras que esta cifra aumentaría notablemente hasta los 1.500 kilotoneladas desde el año 2040. Lo que podemos traducir como que en los próximos años esta industria aún casi por explorar se verá incrementada en un 30% de forma anual.
Esta nueva industria que se abre camino garantizará no sólo la reutilización de baterías en sí, sino también de los propios materiales que la forman como las diferentes materias primas fundamentales como el cobalto y el litio, materiales que podrían llegar a reciclarse en un porcentaje total del 40 y del 15%, respectivamente, para el año 2040. También podría reutilizarse la práctica totalidad del cobre utilizado.
Además de todos los beneficios enumerados en el propio estudio de Fraunhofer ISI, entre los adicionales encontraríamos un menor coste de fabricación, ya que reduciría la dependencia de las importaciones de materiales primordiales desde otros mercados. Aunque uno de los motivos centrales de los responsables de estas futuras cadenas de fabricación sería la disminución de emisiones de gases nocivos al medio ambiente, al menos en lo que incumbe a la propia Unión Europea.
A día de hoy, únicamente el 12% de aluminio, el 8% de manganeso, el 16% de níquel y el 22% de cobalto que se utilizan en Europa son reciclados, por ello existe un claro hueco en el mercado que se puede rellenar con esta nueva iniciativa de actividad industrial. Por todo esto, es más que esperado que en los próximos meses y años, Europa se convierta en uno de los más importantes competidores a nivel de reciclaje de baterías de coches eléctricos, a nivel mundial.