Los últimos movimientos geopolíticos no están sentando nada bien en Europa. El Viejo Continente no está tomando las medidas necesarias para proteger su industria o, al menos, no al ritmo en que se deben adoptar en un entorno tan cambiante y agresivo. Los conflictos y la llegada de nuevos competidores están lastrando a uno de los sectores más importantes del continente, la automoción. Europa está sufriendo un ataque por ambos flancos. Tras poner su atención en China, ahora toca mirar al oeste, hacia Estados Unidos, donde pueden surgir otros y más agresivos problemas promovidos por la Ley IRA impulsada por el Gobierno de Joe Biden.
Ya en la era Trump, con el objetivo de paliar los efectos económicos sufridos tras la pandemia de la COVID-19, se instauró la Ley IRA para reducir la alta inflación y los precios elevados. En dicha Ley, se recogen importantes subsidios para vehículos eléctricos con requisitos muy precisos. Ahora, se ofrecen los descuentos directamente en el punto de venta. Con ayudas de hasta 7.500 dólares por vehículo, la principal condición exigida es que el coche se ensamble dentro de Estados Unidos, lo que supone un grave problema para marcas extranjeras, principalmente chinas, aunque la medida nunca ha gustado en el seno de la Unión Europea.
Estados Unidos demanda más mano dura contra los productores chinos
Parte de la exención fiscal promovida durante la era de la Administración Trump también depende de que la extracción o procesamiento de minerales críticos se lleve a cabo en países con los que Estados Unidos tiene acuerdo de libre comercio. Europa y Norteamérica tienen una buena relación comercial, de manera que los políticos europeos esperan que en la próxima cumbre, que se celebrará esta misma semana, también se llegue a un acuerdo sobre minerales críticos en la producción de baterías como son el cobalto, el grafito, el litio, el manganeso y el níquel. El objetivo es que los proveedores europeos también se beneficien de las exenciones.
Se espera que ambas partes logren un acuerdo durante la visita de la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, a Estados Unidos. Ambos se reunirán con el presidente Joe Biden para tratar este y muchos otros temas de la unidad transatlántica. Durante mucho tiempo, Washington ha pedido a Europa que actúe con dureza contra los productores de acero chinos o, de lo contrario, aplicará aranceles a las exportaciones a partir del próximo mes. Actualmente existe un exceso de capacidad mundial de acero y aluminio. Ambos materiales resultan críticos para la producción de coches.
Europa tiene ante sí una etapa complicada. China ha centrado gran parte de la actividad reciente con el inicio de una investigación para detectar posibles subvenciones y políticas que atacan el libre mercado y que impulsan las marcas locales. Dicha investigación dará los primeros resultados en un plazo aproximado de 13 meses y no será hasta entonces cuando podamos ver medidas restrictivas contra las marcas chinas, principalmente a modelos eléctricos. Mientras tanto, la cuota de vehículos impulsados por baterías crece mes a mes, pero el horizonte cada vez está más oscuro. La normativa Euro 7 finalmente se ha aprobado, pero de una forma mucho más suave de lo que estaba programado.