La Comisión Europea tiene como objetivo que, en 2030, el 10% de la demanda de materias primas críticas de la UE se satisfaga desde sus propias operaciones mineras. Igualmente, para esa misma fecha, el 40% del procesamiento se realizará de manera local, así como el 15% de las capacidades de reciclaje. Para ello, ha redactado la nueva 'Ley de Materias Primas Críticas' recientemente presentada.
El documento, todavía en fase de propuesta de ley, pretende garantizar el acceso futuro de la UE a un "suministro seguro, diversificado, asequible y sostenible de materias primas críticas", según señala la Comisión. Para el mercado de los vehículos eléctricos, la propuesta es particularmente relevante en lo que respecta a la cadena de valor y suministro de componentes para las baterías.
En esencia, la UE está solicitando que se aumente la cuota local para la minería, el procesamiento posterior y la extracción a través del reciclaje de materias primas críticas. El punto de referencia es la demanda total, fijando para 2030 los porcentajes mencionados anteriormente. Además, para ese mismo año, marca que el conjunto de los países miembros no debería obtener más del 65% de su demanda anual de una materia prima estratégica de un solo país. De esta manera, la Comisión pretende reducir la alta dependencia actual de países como China.
Las materias primas críticas
Las denominadas "materias primas críticas" tienen cada vez una mayor demanda como resultado de la creciente digitalización, la expansión de las energías renovables y la transición del transporte. La transformación verde e industrial depende significativamente de la disponibilidad de litio, cobalto, neodimio y otros materiales fundamentales.
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, llama a las materias primas críticas “los nuevos gas y petróleo”. En sus declaraciones, aseguró que los “paneles solares, las bombas de calor, los coches eléctricos, los chips, los productos farmacéuticos y las municiones son materias primas esenciales para tecnologías y productos de importancia estratégica. La demanda de estos preciosos y escasos recursos está aumentando considerablemente, lo que ha llevado a una carrera mundial por el nuevo gas y petróleo en el corazón de nuestra economía”.
Reducción de los tiempos ‘burocráticos’
Para implementar estos objetivos, propone un paquete completo de medidas a varios niveles. La Comisión de la UE planea considerar los proyectos estratégicos de materias primas como de interés público. Así, los proyectos mineros estratégicos deberían poder aprobarse en 24 meses en lugar del plazo actual, que es de 10 a 15 años. Los proyectos en el sector de procesamiento y reciclaje deben recibir luz verde en un plazo de 12 meses.
La Comisión no especifica los detalles de esta ni de las otras medidas mencionadas. Por el momento, se ha limitado principalmente a presentar el paquete general. Además de una lista actualizada de materias primas críticas, se elaborará una lista de las más estratégicas, aquellas que están expuestas en el futuro a “riesgos potenciales de suministro”.
Aboga por el seguimiento de los volúmenes de materias primas críticas y la coordinación de sus existencias entre los estados miembros. Para ello, quiere obligar a "ciertas grandes empresas" a auditar sus cadenas de suministro.
Una apuesta por la investigación
Se anuncian inversiones en proyectos de investigación e innovación relacionados con estas materias primas críticas, enfatizando la protección ambiental: “La seguridad mejorada y la asequibilidad de los suministros de materias primas críticas deben ir de la mano de mayores esfuerzos para mitigar cualquier impacto adverso, tanto dentro de la UE como en terceros países con respecto a los derechos laborales, los derechos humanos y la protección del medio ambiente”, escribe la Comisión en su comunicado.
Los estados miembros deben hacer lo mismo mediante la adopción de medidas nacionales para mejorar la recolección de residuos ricos en materias primas críticas y garantizar su reciclaje en materias primas secundarias.
Autosuficiencia, sí, pero no del todo
Con esta ley, la Comisión no pretende excluir el necesario comercio de estas materias primas estratégicas con terceros países, aunque sí pone algunas condiciones. Indica que “la UE nunca será autosuficiente en el suministro de dichas materias primas y seguirá dependiendo de las importaciones para la mayoría de su consumo”. El comercio internacional es esencial para apoyar la producción mundial y garantizar la diversificación de la oferta.
Para ello, la UE deberá fortalecer “su compromiso global con socios fiables para desarrollar y diversificar la inversión y promover la estabilidad en el comercio internacional y fortalecer la seguridad jurídica para los inversores”. En particular, buscará asociaciones que sean “mutuamente beneficiosas con los mercados emergentes y las economías en desarrollo, especialmente en el marco de su estrategia Global Gateway”.
La Comisión propone un “club de materias primas críticas para todos los países con ideas afines”. Considera como socios confiables a los estados que están dispuestos a “promover de manera sostenible su propio desarrollo económico a través de la creación de cadenas de valor en sus propios países".
Recorrido de la ley
La propuesta legislativa será debatida por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea. Según la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, la ley acercará a la UE a sus objetivos climáticos: “Mejorará significativamente el refinado, el procesamiento y el reciclaje de materias primas críticas aquí en Europa. Las materias primas son vitales para la fabricación de tecnologías clave para nuestra transición, como la generación de energía eólica, el almacenamiento de hidrógeno o las baterías”.
Añadió que se está fortaleciendo la cooperación en todo el mundo con socios comerciales fiables para reducir la dependencia actual de la UE de unos pocos países. “Es de interés mutuo aumentar la producción de manera sostenible y, al mismo tiempo, garantizar el más alto nivel de diversificación de las cadenas de suministro para nuestras empresas europeas”.
A modo de autocrítica, la Comisión pide que se mitiguen los riesgos de la cadena de suministro para mejorar la resiliencia económica de la UE, "como lo demuestran los cuellos de botella posteriores a Covid-19 y la crisis energética que siguió a la invasión de Ucrania por parte de Rusia". De lo contrario, los objetivos climáticos de la UE se verían en peligro.