Mientras investigadores y fabricantes de baterías y automóviles continúan trabajando en la búsqueda de innovaciones en el desarrollo de baterías, existe la percepción de que el bajo coste y la alta densidad de las baterías de iones de litio lo empiezan a cambiar todo. Así se ha constatado durante el encuentro Bay Area Battery Summit, celebrado en Berkeley (California, Estados Unidos) este mes de octubre. Una conferencia que reúne a tecnólogos y emprendedores en torno al almacenamiento de energía, a corto y medio plazo, sobre todo relacionada con la automoción.
Actualmente, y sin exagerar ni un ápice, las baterías de iones de litio han transformado los cimientos de la infraestructura mundial. Desde la producción de energía a la distribución de electricidad, el transporte de personas y mercancías y el funcionamiento de dispositivos informáticos e incluso de Internet. Un escenario que se analizó durante el mencionado congreso, donde las últimas innovaciones en el ámbito de las baterías –de sodio, sin cobalto e incluso baterías de estado sólido— fueron las grandes protagonistas del evento. Además, numerosos investigadores destacaron que las baterías de litio tengan más éxito, en términos de potencia y bajo coste, comparadas con otras posibles competidoras a día de hoy.
El reinado del litio está más que justificado en base a varios motivos. En primer lugar, el desarrollo de baterías de litio no deja de evolucionar, de manera que se mejora entre un 5 y un 10% anual en términos de densidad energética. Por si no fuera suficiente, las baterías de iones de litio son cada vez más competitivas, desde el punto de vista económico, comparadas con otras propuestas. Cada vez es más barato fabricar estas baterías, cuyas aplicaciones se amplían, incluyendo el almacenamiento estacionario a cualquier escala y su incursión en el campo de la aviación. El potencial es muy interesante en este ámbito, ya que permitiría ofrecer vuelos de corta duración (una o dos horas) más rápidos pero menos ruidosos y con bajo impacto medioambiental. Vuelos que generarían menos emisiones de CO2 a un coste más bajo que el actual. En cuanto a los vuelos de larga duración, la conversión a la movilidad eléctrica se prevé a largo plazo.
Retos a sufragar
Los ponentes dejaron claro que el litio es, y seguirá siendo, el metal rey dentro del almacenamiento, especialmente en el sector del transporte. Aun así, existen varios puntos débiles a superar que vale la pena conocer. El precio y los medios de extracción del cobalto, principal componente del litio y de este último, son los más importantes.
Dos tercios de las reservas mundiales de cobalto se hallan en minas situadas en la República Democrática del Congo. La extracción de este material se suele llevar a cabo mediante mano de obra artesanal y en condiciones cuestionables, de ahí la polémica en torno a la obtención de cobalto en el país. La guinda la pone el elevado precio que suele alcanzar este material debido al aumento de la demanda. Un encarecimiento que ha obligado a fabricantes como Panasonic a prescindir del cobalto, reemplazándolo por otros materiales. Un inconveniente que empuja a producir baterías que eliminen o reduzcan la cantidad de cobalto, por parte de algunos fabricantes.
En otro orden de cosas, buena parte de la industria es consciente del problema medioambiental que genera la explotación intensiva de litio. Si bien para su extracción se utilizan sistemas más avanzados y profesionales que para el cobalto, sí se requieren enormes cantidades de agua. De todas maneras, el sector también trabaja en la búsqueda de sistemas alternativos de extracción que generen un impacto medioambiental menor.
Sea como fuere, está claro que la fabricación de baterías de litio deberá tomar derroteros más económicos y sostenibles, como mucho a medio plazo. En este sentido, el sector vuelve los ojos hacia los grandes fabricantes asiáticos y sus mega factorías dispuestas a comercializar grandes volúmenes de baterías. Los fabricantes de automóviles también deberán apoyar esta dinámica, sobre todo empresas como Tesla, cuyo modelo de negocio se basa en el abaratamiento de las baterías de lítio.