Tesla ha sido la máquina del cambio para la industria del automóvil. Su irrupción en el mercado supuso un antes y un después en el sector y en nuestra forma de movernos. Desde el lanzamiento del Model S el mundo descubrió que es posible desplazarse sin contaminar. El resto lo conocemos todos. Los coches eléctricos son el presente y el futuro más inmediato de la industria. La tecnología ya hace viable los grandes viajes, pero se necesita más infraestructura de carga. En ese campo Tesla también nos ha permitido abrir los ojos, pero ahora toca entornarlos tras una mala decisión por parte del mismísimo CEO de la compañía, Elon Musk.
Estamos acostumbrados a que uno de los hombres más ricos del mundo lance atrevidas y, en ocasiones, ridículas declaraciones. Durante mucho tiempo, Musk ha estado considerado como uno de los mayores visionarios de nuestro tiempo, a la altura de otros nombres ilustres como Steve Jobs. Un hombre que ha cambiado la industria espacial, la de la banca online y también la del automovilismo. Sin embargo, los últimos acontecimientos de Tesla no parecen indicar un camino prometedor. El principio del año ha sido difícil, pero la situación puede empeorar rápidamente si las drásticas medidas no surten el efecto que se espera de ellas.
La calidad de la red se podría ver afectada por la decisión de Musk
El último balance de resultados ha dejado a la luz un inicio de curso complicado. Tesla sigue ganando con sus coches y su tecnología, pero el margen de beneficios se ha recortado drásticamente. Si bien en 2023 alcanzaron su volumen de ventas más elevado, la drástica reducción de tarifas hizo que las ganancias cayeran estrepitosamente. Esto ha obligado a Tesla a reajustar su estrategia, a ahorrar gastos, lo que a su vez ha obligado a reducir la plantilla a escala mundial. Al menos el 10% del personal ha sido o será despedido, aunque algunas fuentes avisan que esa cifra puede crecer hasta el 20%. Aproximadamente 15.000 personas en todo el mundo dejarán de trabajar para Tesla.
Si bien estos ajustes de personal son ‘normales’ dentro de la industria, lo que no es normal es que Elon Musk haya prescindido del equipo al completo encargado de la división de Superchargers. La red de carga de Tesla ha demostrado ser la más fiable y rápida del mundo. No tienen competidores naturales y de ser todas las infraestructuras como la de Tesla el mercado del coche eléctrico crecería rápidamente. Ese es el sueño, pero no la realidad. El panorama es ahora bastante más oscuro tras las últimas decisiones del máximo responsable. El propio Musk ha reconocido a través de X que la red de supercargadores crecerá mucho más despacio a partir de ahora.
Tesla still plans to grow the Supercharger network, just at a slower pace for new locations and more focus on 100% uptime and expansion of existing locations
— Elon Musk (@elonmusk) April 30, 2024
Tesla se centrará en mejorar y ampliar la red actual con más de 50.000 puntos repartidos por todo el mundo. Si bien el volumen es alto, el mundo, los conductores, necesitan un volumen mayor para poder realizar cualquier desplazamiento sin miedos o inconvenientes. No se entiende muy bien por qué Musk ha decidido prescindir de uno de sus departamentos de mayor éxito. El crecimiento será mucho más lento, lo que permitirá a sus rivales poder recortar diferencias en una industria que se antoja esencial para el futuro. Numerosos ex-empleados han dejado clara su postura negativa. La calidad del servicio se verá afectada si no hay nadie que se encargue de la supervisión.