El fabricante de coches eléctricos Tesla se enfrenta a una etapa de transición en la que invertirá miles de millones en expandir su capacidad productiva a la vez que hace lo propio con su red de servicios. Con el fin de consolidarse como uno de los principales fabricantes de coches eléctricos, Tesla necesitará desembolsar miles de millones si quiere dominar el mercado global. La demanda de vehículos eléctricos seguirá creciendo de forma generalizada, mientras que en China, las ayudas y las cuotas impuestas por el gobierno de Xi Jinping garantizan al Gigante Asiático que seguirá liderando el mercado mundial por muchos años, como mínimo hasta 2040, según las previsiones de BNEF.
Ante esta situación, Tesla ha decidido expandirse empezando por Shanghái, la segunda metrópolis más importante del país asiático, donde instalará a lo largo de los próximos años una nueva fábrica de coches eléctricos y baterías. Durante su presentación de resultados para los dos primeros trimestres del año, Tesla confirmó haber recaudado fondos suficientes con origen en China para construir la nueva factoría asiática, la primera fuera de los Estados Unidos. Las instalaciones, que empezarán fabricando 250.000 coches anuales pero que podrían doblar su capacidad, verán como los primeros vehículos eléctricos salen de las líneas productivas en tres años.
Evolución prevista del mercado de automóviles eléctricos según regiones. (Fuente: BNEF)
La pasada semana supimos, según información confidencial revelada por Bloomberg, que Tesla invertirá 5.000 millones de dólares en su nueva fábrica, conocida como Gigafactory 3, hasta dejarla funcionando a pleno rendimiento. Más tarde, durante la reunión con los inversores, Elon Musk reconoció que el coste estimado para la primera etapa de la fábrica –aquella en la que trabajará a medio gas– es de 2.000 millones de dólares.
"La determinación de China para convertir (su parque motor) en eléctrico y el gran tamaño de su mercado" están impulsando la adopción del coche eléctrico a nivel mundial, asegura Nannan Kou, analista de BNEF en Beijing. "Los fabricantes de automóviles globales han adelantado sus cronogramas para el desarrollo de vehículos eléctricos de seis a siete años bajo el impulso de la electrificación de China", aseguró.
Tesla ocupa la decimotercera posición en cuanto a ventas en China. (Fuente: BNEF)
En este contexto, Tesla considera que la producción local será crucial para asegurarse una porción del enorme pastel que supone el mercado chino tanto en la actualidad como en los años venideros, así como una vía para mantener los costes de fabricación de sus coches eléctricos más bajos. Uno de los grandes damnificados de la guerra comercial entre China y Estados Unidos fue la propia Tesla, que se vio obligada a aumentar los precios de sus coches alrededor de un 20% debido a la subida de los aranceles por parte del Gobierno Chino. Con este cambio en las tarifas Tesla se alejaba de la creciente clase media del país asiático. Esta situación de desventaja se solventará una vez que el constructor norteamericano de coches eléctricos inicie las operaciones en la nueva fábrica de Shanghái. Mientras tanto, Tesla ve cómo los fabricantes locales juegan en casa, y lo hacen con ventaja.
Tesla se vió obligada a incrementar el precio de sus coches en China entre 25 y 30 mil dólares por la guerra arancelaria. (Fuente: BNEF)
Por el contrario, juega a favor de Tesla la tendencia de las grandes ciudades chinas a prohibir o limitar la circulación de vehículos propulsados con motores de gasolina. Ciudades como Pekín, Shanghái y Guangzhú, además de restringir el uso de motores de combustión, son el lugar de residencia de los ciudadanos chinos con mayor poder adquisitivo, de modo que en estas urbes se crea el caldo de cultivo perfecto para una demanda de vehículos eléctricos premium elevada, y Tesla quiere sacar partido de ello.