La división encargada de las baterías de ion-sodio de la compañía china Jiangsu Transimage Tech ha recibido un pedido de un fabricante de coches alemán, según ha anunciado la propia empresa a la prensa china.
El cliente es un fabricante alemán "reconocido a nivel mundial" (hasta aquí, pocas pistas eliminatorias) y con una "cartera de marcas" de automóviles conocidas, según ha anunciado Transimage. Aquí ya se empiezan a dilucidar algunas informaciones importantes. Se trata del primer acuerdo comercial entre Transimage y este fabricante de automóviles, e involucra una cantidad relativamente pequeña de baterías de iones de sodio.
El nombre del cliente no ha sido revelado, al amparo de las cláusulas de confidencialidad del acuerdo entre ambas partes. Sin embargo, todo apunta a que podría tratarse del Grupo Volkswagen. No en vano, es el único fabricante alemán que cuenta con una amplia cartera de marcas, entre las que se cuentan Audi, CUPRA, SEAT, Skoda y la propia Volkswagen, entre otras.
Hay otra clave para pensar que se trata del Grupo Volkswagen y para ello hay que mirar al Volkswagen ID. 2all, el prototipo del coche eléctrico asequible (menos de 25.000 euros) que está desarrollando el fabricante alemán. Se trata de un utilitario eléctrico que tiene como objetivo convertirse en un coche eléctrico verdaderamente para las masas, para el gran público y sufragar así lo que no ha conseguido hacer el ID.3. Será un 'primo hermano' del CUPRA Raval, otro eléctrico de precio ajustado.
El modelo de producción que salga del ID. 2all será un coche de vital importancia para Volkswagen. Básicamente, se trata de un eléctrico a medio camino entre el Polo y el Golf, que busca atraer al gran público con un precio que, hasta ahora, Volkswagen no ha podido ofrecer en ninguno de sus coches eléctricos.
El futuro ID.2 (como previsiblemente se llamará) se presentará en 2025 y llegará al mercado en 2026. Estrenará la nueva plataforma eléctrica MEB Entry del grupo, lo que significa, entre otras cosas, la adopción de nuevas tecnologías para el propulsor, las baterías y el software. Con el objetivo de abaratar costes, utilizar baterías de sodio es una opción lógica y muy loable.
¿Por qué baterías de sodio?
Aunque inicialmente se planteaban únicamente para vehículos eléctricos de dos ruedas y baterías estacionarias, las baterías de sodio también se utilizarán en turismos de corte asequible. La razones son varias: el sodio es barato, abundante y tiene mayor disponibilidad (es más fácil de conseguir) en un factor superior a mil. Además, su producción es mucho más sostenible.
La desventaja es que tienen menor densidad energética, aunque está camino de mejorarse. Según CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo, la densidad energética de la próxima generación de baterías de sodio superará los 200 Wh/kg, una cifra cercana a las baterías de litio actuales.
Una de las claves para aumentar la densidad energética es mezclar iones de sodio e iones de litio. Con este enfoque, se prevé que las baterías de sodio puedan utilizarse en coches eléctricos con una autonomía de hasta 500 kilómetros. Esto entra en los márgenes del ID. 2all, del cual Volkswagen anunció una autonomía de 450 kilómetros.
El coche en cuestión se fabricará en España
Hay otra posibilidad y es que las baterías de sodio se utilicen en los coches eléctricos más pequeños del Grupo Volkswagen: el futuro Volkswagen ID.1 (nombre no confirmado oficialmente) y un B-SUV eléctrico de Skoda. Ambos modelos estarán situados en la gama por debajo del Volkswagen ID.2 y del CUPRA Raval y su precio debería partir, en las versiones de acceso, en torno a los 20.000 euros.
Sea como fuere, si se confirma que este misterioso cliente es el grupo Volkswagen, como todo parece indicar, los modelos con baterías de sodio se fabricarán en España. Ya está confirmado que el Volkswagen ID.2 y el CUPRA Raval se fabricarán en Martorell (Barcelona), mientras que los eléctricos más pequeños se fabricarán en Landaben (Navarra), donde la compañía alemana invertirá más de 1.000 millones de euros para modernizar las instalaciones.
No obstante, y aunque todo apunte hacia la misma dirección, no hay confirmación oficial de que sea Volkswagen el misterioso comprador.