La semana que viene, el Parlamente Europeo llevará a cabo un importante debate en el que se tratarán varias políticas climáticas de gran importancia, que afectarán al futuro de la Unión Europea, entre las que está la prohibición efectiva de los automóviles de combustión en 2035. Antes esta cita tan importante se suceden las reuniones en Bruselas (y en secreto) para influir en la legislación que ponga negro sobre blanco las obligaciones en cuanto a emisiones de los fabricantes para los próximos años. La Asociación Nacional de la Industria del Automóvil Italiana (ANFIA), que defiende los intereses de sus fabricantes ante Europa, ha dejado claro que no está de acuerdo en que los vehículos eléctricos son la única solución para reducir las emisiones de CO2.
Paolo Scudieri es el presidente de ANFIA y ha hablado en nombre de los fabricantes del país transalpino. En su opinión, la evolución de la tecnología y los estudios demuestran que los biocombustibles y el hidrógeno podrían ayudar a cumplir los objetivos de emisiones, y que no solo los vehículos eléctricos son el medio para lograrlo.
Estas tecnologías podrían ayudar a descarbonizar la industria, cumpliendo los mismos objetivos de emisiones y preservando muchos de los empleos de los que hoy es responsable la industria del automóvil en Italia. "Me refiero a la contribución tangible que pueden proporcionar los biocombustibles y los combustibles sintéticos, así como el hidrógeno", ha asegurado Scudieri durante la apertura de la asamblea pública de la ANFIA, añadiendo además, que la industria automotriz italiana ya está haciendo grandes inversiones sobre todo en la tecnología del hidrógeno.
Los biocombustibles y los combustibles sintéticos, denominados e-combustibles, se están desarrollando con el objetivo de alargar la vida útil de los motores de combustión, que para utilizarlos solo necesitan pequeñas modificaciones técnicas. Una opción que podría evitar, al menos en parte, una adopción generalizada de vehículos completamente eléctricos.
La principal razón que Scudieri utiliza para no centrarse solamente en la electrificación de la industria del automóvil es la excesiva dependencia a la que obliga de los productores asiáticos. Según él, solo en Italia pone en riesgo durante los próximos años más de 73.000 puestos de trabajo, que no se compensan con los cerca de 6.000 nuevos puestos de trabajo que espera que genere la movilidad eléctrica.
De un total de 2.200 empresas italiana proveedoras de la industria del automóvil, tendrán que cerrar sus puertas alrededor de 450. Todas aquellas que no han podido comenzar la transformación de sus líneas de negocio a la movilidad eléctrica, fabricando nuevos componentes que nada tiene que ver son su actividad habitual desaparecerán.
La Comisión Europea ha propuesto una reducción del 100 % de las emisiones de CO2 para 2035 en la industria del automóvil. Este objetivo es parte de un paquete más grande de políticas relacionadas con el cambio climático lanzadas el año pasado, que harán imposible económica y técnicamente que se vendan vehículos nuevos que funcionen con combustible fósiles en los 27 países de la Unión.
La semana que viene comenzará el Debate en el Parlamento Europeo sobre una serie de políticas climáticas fundamentales para el futuro, entre las que se encuentran la prohibición efectiva de vender automóviles con motor de combustión en 2035. Según Scudieri, entre los diferentes grupos políticos del parlamento europeo no hay una posición claramente definida, por lo que "cada voto contará: mi deseo es que nuestros eurodiputados voten también teniendo en cuenta los intereses del país", dijo.