Durante la presentación ante la Bolsa de Valores de Estados Unidos del Formulario 8-K, que anuncia los principales acontecimientos relevantes para los accionistas de una empresa, Faraday Future ha tenido que confesar su mentira. En él, admite que la información trasladada a sus accionistas de que había recibido más de 14.000 reservas para el FF91 "eran potencialmente engañosas". En realidad, tan solo varios cientos de esas reservas se convirtieron en un pago real mientras que las otras tan solo eran "indicios de interés de pago".
La certeza de que el coche eléctrico tiene un futuro prometedor hace que constantemente surjan nuevos fabricantes con productos prometedores que buscan inversores para hacer realidad un proyecto que puede ser real o solamente humo. Entre ellos, hay uno, Faraday Future, que parecía tener un producto prometedor y que se ha diluido como un azucarillo. La empresa comenzó a tener dificultades económicas a raíz de una disputa con una de sus principales fuentes de financiación, Evergrande Health. Eso obligó a la startup californiana fundada por el controvertido multimillonario chino Jia Yueting a frenar los planes de producción del FF91, su primer coche eléctrico. Los continuos problemas con la financiación acabaron con su dimisión. La startup se declaró en bancarrota en octubre de 2019.
Tras ser rescatada una primera vez, se puso al frente de ella Carston Breitfeld, un ingeniero alemán, exejecutivo de BMW. Su intención era que su fábrica de Hanford en California produjera, a partir de septiembre de 2020, 10.000 unidades del FF91 cada año. Su salida a bolsa en julio de 2021 permitió que recaudase un millón de dólares con los que poner por fin en marcha el FF91.
En este escenario, algunos analistas le acusan de haber falsificado los números de sus pedidos para lograr que los inversores se fijen más en él. Faraday Future ha reconocido finalmente su engaño admitiendo que tan solo unos cientos de las reservas se hicieron efectivas, mientras que el resto, hasta las 14.000 tan solo eran indicios de interés, que no se consolidaran en un capital real. Llamar a este desajuste en las cifras un acto "potencialmente engañoso" quizás se quede corto cuando la cantidad de reservas se infló en más del 1.400 %.
El CEO de Faraday Future, Carsten Breitfeld, ha sido castigado con una rebaja del 25 % de su sueldo.
Pero Faraday Future no solo mintió en el número de reservas. La presentación también revela que la startup no fue sincera con el grado de participación de su controvertido fundador Jia Yueting en ella. Como señala el propio expediente: "las declaraciones hechas por ciertos empleados de la compañía a ciertos inversionistas que describían el rol del Sr. Jia dentro de la compañía eran inexactas. Su participación en la administración de la compañía era más significativa de lo que se había presentado a ciertos inversionistas".
La investigación se inició tras el informe de la consultora J Capital Research que calificaba a Faraday Future con una "estafa", llegando incluso a afirmar que en su caso la designación EV debería significar "vehículo de malversación de fondos" (Embezzlement Vehicle). Si bien la investigación encontró irregularidades, Faraday Future dijo que su comité especial, el asesor legal independiente y la firma de contabilidad forense encontraron "acusaciones inexactas que no estaban respaldadas por la evidencia".
Faraday Future implementará acciones correctivas para mejorar la supervisión y el gobierno corporativo, actualizará sus controles internos de contabilidad y los informes financieros e implementará un programa de capacitación integral para todos los directores y funcionarios con respecto a políticas internas de la empresa bajo la supervisión de Susan Swenson que fue nombrada Presidenta Ejecutiva. También anunció que su abogado general, Jarret Johnson, se "separará de la empresa" y señala que "pueden tomar otras medidas disciplinarias con respecto a otros empleados". El vicepresidente de mercados de capital global de Faraday Future, Jiawei Wang, fue suspendido sin sueldo, mientras que el director ejecutivo Carsten Breitfield vio reducido su salario en un 25%.