Un paso hacia delante y dos hacia atrás. Desde su fundación, Faraday Future ha luchado contra viento y marea para cumplir su sueño de presentar un coche eléctrico con el que deslumbrar al mundo. Aunque el objetivo es claro, el camino está lleno de obstáculos e inconvenientes. Los problemas económicos han sido los principales causantes de los continuos retrasos, pero una vez más la empresa vuelve a surgir de sus cenizas. Una nueva inyección de capital permitirá que el Faraday Future FF91 vea la luz. Esta vez parece que será la definitiva.
Si echamos la vista atrás podremos ver el tortuoso y complicado camino de Faraday Future. La empresa ha pasado por constantes altibajos que han supuesto interminables retrasos en la preparación, producción y lanzamiento del FF91. La empresa con sede en Los Ángeles, California, ha sabido siempre solventar cada uno de los contratiempos a los que se ha enfrentado, que no han sido pocos. Tras un proyecto eterno, hace unos meses supimos que el FF91, su primer coche, estaba a punto de iniciar la producción, aunque finalmente no fue así.
A escasos días de encender los hornos, Faraday Future avisaba de un nuevo retraso en la agenda. El problema no era otro que la falta de liquidez. Con casi todo listo para empezar a producir, no había dinero en las cuentas para poder afrontar los pagos al personal y a los proveedores. En estos dos últimos meses los directivos de la compañía se han esforzado para buscar esa financiación que les permita dar el siguiente paso, y finalmente parece que así ha sido. 100 millones en ingresos previstos que les permitirá cumplir con los pagos y arrancar, por fin, la producción.
A pesar de este empujón la compañía sigue en números rojos tras anunciar una pérdida operativa de 137 millones de dólares en el segundo trimestre de este año, lo que representa un 400% más que en el mismo periodo del curso anterior. La llama de la producción sigue viva con una inyección a corto plazo de 40 millones de dólares, a los que se sumarán otros 60 millones de Senyun International, una empresa subsidiaria de Daguan International. Ni que decir que la compañía y los directivos han podido respirar tras unos meses en los que la situación no estaba nada clara.
Dejando a un lado las dudas y los problemas del proyecto, la realidad es que el Faraday Future FF91 promete mucho, aunque en ningún momento ha sabido encandilar al público. Aunque en un primer momento la compañía anunció más de 14.000 reservas por su eléctrico, la realidad es que apenas eran unos cientos los pedidos que se habían completado. Aunque parece verse la luz al final del túnel, veremos cómo concluye todo y si finalmente veremos al FF91 surcar la carretera. Al menos una unidad ya ha sido producida, lo que la sitúa como uno de los eléctricos más exclusivos del mundo.