Porsche prosigue produciendo combustibles sintéticos de manera exitosa. Dada la buena evolución de esta tecnología, el por entonces CEO de la firma (ahora del Grupo Volkswagen) Oliver Blume se atrevió a adelantar cuánto podría costar cada litro de este tipo de combustible. Ahora la marca ha vueltro a tratar esta temática, atreviéndose a ponerle fecha de llegada a las calles.
Una fuente de energía inagotable es la clave absoluta para producir los llamados e-fuels de manera sostenible y, por esto mismo, Porsche se ha ido hasta a Punta Arenas, Chile, donde en plena Patagonia se registran recurrentes rachas de viento de hasta 120 kilómetros por hora, para instalar una planta de producción de combustibles sintéticos. Porsche la llama Haru Oni, y es la primera vez que la marca habla de manera abierta de cómo está yendo el desarrollo de este nuevo recurso.
Según Porsche, los combustibles sintéticos son un complementeo idóneo a la movilidad eléctrica, ya que mientras por un lado los coches eléctricos se encargarán de rebajar el cómputo total de emisiones a la atmósfera, los motores alimentados por combustibles sintéticos serán neutros en emisiones de carbono.
Llegados a este punto, se apunta de manera clara a un hecho: los combustibles sintéticos sí lanzan emisiones a la atmósfera, pero la clave está en que, para ser fabricados, previamente se ha capturado CO2 del aire, por lo que los gases que emiten a la atmósfera mientras el vehículo circula han sido neutralizados previamente por el propio CO2 que se ha usado para su producción.
Las claves de los combustibles sintéticos y cómo Porsche ve su futuro
Liderada por Marcelo Daller, responsable de Operaciones de la planta, Haru Oni es tan sólo un proyecto piloto que después tendrá una ampliación para pasar a producir combustibles sintéticos a mayor escala. En función de lo confirmado por Daller en la entrevista publicada por Porsche, la marca construirá nuevas plantas en Australia y Estados Unidos.
La firma tiene claro que la gasolina sintética puede ser un gran complemento a la movilidad eléctrica ya que no necesita de una adaptación previa ni el propio sistema de suministro que existe actualmente para diésel y gasolina, así como tampoco ningún vehículo precisa revisar su motor para funcionar con este combusitible.
Porsche, en este sentido, entiende que la sostenibilidad se ha de contemplar desde un punto de vista integral. Estiman que sólo de su propia marca más del 70 % de todos los coches que han producido en su historia siguen circulando y que lo seguirán haciendo durante las próximas décadas. Por esto mismo, con este tipo de combustibles podrán seguir usándose, pero ahora de una manera neutra. Según comenta la propia marca "serán clásicos que se sumarán a la era de la electromovilidad".
Con 2030 a la vuelta de la esquina y 2035 como horizonte final para los motores térmicos (aunque Alemania esté agotando todas las vías para evitarlo), una de las dudas más sonadas en torno a los combustibles sintéticos es cuándo podrán estar disponibles a gran escala. Según el responsable de Haru Oni, esto podría ser una realidad antes de acabar la década: "Cuando estén funcionando las plantas de Chile, EE.UU. y Australia ya podremos hablar de producción a escala industrial. Estimo que será en el año 2027".