De la mano de precios muy atractivos y ligados a una tecnología y prestaciones sin rivales en el mercado, los fabricantes chinos de coches eléctricos han tenido vía libre para empezar a disfrutar de una significativa cuota de ventas en Europa que les está dando pie a seguir aumentando su presencia tanto aquí como en el resto del mundo.
Los primeros efectos ya se empiezan a notar. Las marcas europeas ya sufren los envites de esta particular mercado asiático y directivos como Carlos Tavares alzan la voz en pro de una legislación más proteccionista para los fabricantes asentados históricamente en Europa. Al mismo tiempo, las firmas norteamericanas, las cuales aún no han recibido el duro golpe chino, ya se preparan para este ataque. Marcas como Ford ya están planteando importantes asociaciones con las que sacar un mayor rendimiento a su desarrollo de vehículos eléctricos.
Concretamente, la compañía del óvalo azul se asociará con Amperex Technology, que tiene su sede en China, con la que construirá una nueva planta de baterías para vehículos eléctricos en Estados Unidos. Ha sido confirmado por el propio Bill Ford, director ejecutivo de Ford Motor Company en una conferencia de prensa celebrada hace unos días en Romulus, Michigan.
El responsable de Ford asegura que “Estados Unidos no puede competir con China en la producción de vehículos eléctricos”. Según el bisnieto del fundador de la compañía, los fabricantes orientales están un nivel por encima del resto del mundo, especialmente en producción a gran escala y tecnología.
“Se desarrollaron muy rápido y los desarrollaron a gran escala. Y ahora los están exportando. No están aquí, pero vendrán. Creemos que, en algún momento, debemos estar listos y ya nos estamos preparando”, afirmó Bill Ford, expresando su preocupación por el momento en el que las marcas chinas aterricen en el mercado norteamericano, algo que podría comenzar a suceder en breve. Recordemos que firmas como VinFast, de origen vietnamita, ya comercializan su producto en Norteamérica. El siguiente paso de este mercado será abrirse a las firmas chinas.
En Ford ya han anunciado que invertirán un total de 3,5 mil millones de dólares para construir una nueva planta de producción de baterías en Michigan de la mano del gigante de estos componentes: CATL. El propio Bill Ford puntualizó que “esta inversión es toda una oportunidad para que los ingenieros de Ford aprendan la tecnología y luego la usen ellos mismos”.
“Michigan es una instalación de propiedad total de Ford. Serán nuestros empleados (los ingenieros de CATL) y lo que estamos haciendo es licenciar la tecnología. Eso es todo”, afirmó Ford en su comunicado.
Por otro lado, Jim Farley, CEO de la compañía, ha asegurado en ciertas ocasiones que los fabricantes chinos son su auténtica competencia dentro del sector de los vehículos eléctricos, por lo que necesitan enfocar su producto en un coste de producción inferior al ofrecido por los productores chinos. “Los vemos como el principal competidor, no a GM o a Toyota. Los chinos van a ser la potencia”, aseguró.