Los fabricantes de automóviles están recurriendo a innovaciones para reducir la huella de carbono que generan durante la producción en las líneas de montaje. Ford, una de las empresas más destacadas del sector, ha comenzado un curioso proyecto para utilizar los olivos y los huesos de las aceitunas para desarrollar nuevas piezas útiles en la automoción. Tras la realización de diversos estudios, se ha podido comprobar cómo el resultado es la obtención de componentes con una gran durabilidad y con un menor impacto medioambiental.
Ford introduce fibras de los olivos y los huesos de las aceitunas en piezas usadas en los coches
La compañía estadounidense ha comenzado a crear piezas con una aleación formada por fibras de olivos y huesos de las aceitunas y, adicionalmente, plástico de polipropileno reciclado, en una combinación del 40 y 60%, respectivamente. Se trata de una opción disruptiva en el sector que ha demostrado ser muy eficiente en términos de resistencia y operabilidad. El proyecto ha tenido lugar a lo largo de los últimos meses y ha tenido como protagonista a la materia prima obtenida en Andalucía.
El principal objetivo de esta técnica es lograr una reducción en el uso de plástico. Gracias a esta propuesta, se dispone de una tecnología que tan solo requiere ser calentada para obtener el molde deseado. De este modo, se disfruta de componentes que pueden ser usados en los múltiples vehículos que son producidos cada día en las diferentes factorías que posee la empresa en todo el mundo. Teniendo en cuenta que estas ramas formarían residuos por valor de varios millones de toneladas, dar esta segunda vida a la materia prima puede ser fundamental en el medio y largo plazo.
En este proyecto han colaborado organizaciones y empresas como la Universidad de Jaén, el Centro Tecnológico del Plástico y CITOLIVA, entre otros. Ford, en la actualidad, está analizando la potencial viabilidad funcional de estas piezas y componentes para poder introducirlas en los automóviles a lo largo de los próximos años. La incorporación de esta materia prima permitiría reducir el uso indiscriminado de plástico y derivados, material que está siendo sustituido debido al lento nivel de degradación que posee.
El proyecto, el cual se denomina COMPOlive y tiene base de operaciones en Colonia, Alemania, podría cambiar la forma de producción de componentes dados sus múltiples beneficios para la empresa y el medioambiente. Por el momento, ha demostrado ser una alternativa viable, ya que la gestión de este material tan solo requiere ser sometida a un proceso de calor para la obtención de una forma determinada. Aun así, el material resultante deberá ser objeto de múltiples pruebas relacionadas con la propia degradación y la seguridad.