Después de apenas un par de años, Ford se despide definitivamente de Rivian y emprende un camino por separado. Esto ha sido confirmado a través de un comunicado publicado por la propia marca del óvalo azul, y es que a partir de ahora cada uno llevará a cabo el desarrollo de sus vehículos eléctricos bajo sus propias directrices y conveniencias.
Fue a raíz de una importante inversión que realizó Ford en el pasado año 2019, cuando ambas firmas sellaron una amistad que, por aquel entonces, tenía un coste de 500 millones de dólares depositados por la propia Ford en favor de que la tecnología que utilizarían los coches eléctricos de Rivian, pudiese ser utilizada por el gigante americano. Esta cuantía económica llegó a verse aumentada hasta los 1.2 mil millones de dólares poco tiempo más adelante, una importante cifra que aportó un gran montante económico para Rivian en un tiempo en el que estaba despegando como marca.
El primer paso de esta sonada ruptura se llevó a cabo a lo largo del pasado mes de abril de 2020, cuando decidieron que finalmente el modelo 100% eléctrico de Lincoln (marca que pertenece a Ford) no estuviese basado en el Rivian R1S, el gran SUV de la firma. En unos primeros planes, este futuro modelo eléctrico montaría tanto la propia plataforma, como la tecnología que encontramos en el Rivian, algo que, a partir de ahora, estará firmado enteramente por Ford.
Pero, ¿a qué viene este sonado cambio de rumbo por parte de Ford? El propio CEO de la marca, Jim Farley, anunció hace unos días durante una entrevista al medio Automotive News, que la firma ha establecido una nueva directriz para convertirse en una compañía fabricante de vehículos eléctricos de alto volumen, donde establecen que producirán alrededor de 600.000 unidades anuales a nivel mundial. Este plan ha conllevado a que Ford establezca unos nuevos parámetros de inversión interna en el desarrollo de sus propios vehículos, por lo que ya no necesitarán del apoyo tecnológico de Rivian.
Rivian R1T y R1S.>
El CEO de Ford se toma el momento en el que vivimos actualmente como un segundo gran avance para la historia de la marca, desde el lanzamiento del ya mítico Ford Modelo T de principios del pasado siglo. A pesar del gran hincapié que están haciendo en la inversión y desarrollo de sus propias plataformas y tecnologías dentro del ámbito de los coches eléctricos, desde Ford aseguran tener una magnífica relación con Rivian, de la cual continuarán siendo inversores a pesar de la separación en el camino para ambas firmas.
Desde Ford ahora centrarán todo su potencial en el desarrollo de los vehículos eléctricos, tanto en su fabricación, como en las cadenas de suministro. Según afirmó Farley, las nuevas plantas de fabricación de baterías que se ubicarán en Tennessee y Kentucky, no serán suficientes para dar a basto en la facturación anual, por lo que deberán ir pensando el lugar en el que ubicar las futuras nuevas factorías. A día de hoy, Ford ya cuenta con tres éxitos dentro de sus modelos eléctricos: Ford Mustang Mach-E, Ford F-150 Lightning y el Ford E-Transit. Tres modelos que ya gozan de unas magníficas cuotas de reservas y ventas. Gracias a estos, y a los modelos que están por venir, prevén convertirse en la segunda marca más importante de Estados Unidos en cuanto a beneficios a raíz de vehículos eléctricos.