Ford avanza en su estrategia de electrificación. El fabricante del óvalo ha decidido separar su gestión en dos líneas de negocio distintas: Ford Model e, para sus coches eléctricos y Ford Blue para el resto, incluyendo híbridos y de combustión interna. Además, sus ritmos serán diferentes a uno y otro lado del Atlántico. En Europa, corre prisa electrificarse y así lo demostró con la presentación de un Explorer exclusivo para el Viejo Continente. La firma se ha comprometido a ofrecer una flota de nueve coches eléctricos en 2024 y a convertirse en una marca 100% eléctrica en 2030. Por eso, ha recurrido a Volkswagen para que le preste su plataforma MQE y poder avanzar más rápido.
En Estados Unidos el ritmo es más lento. Allí está acelerando el desarrollo de una plataforma de segunda generación que servirá de base para los vehículos eléctricos ensamblados en la nueva planta de Blue Oval City, en Tennessee, y una fábrica remodelada en Oakville, Ontario.
A nivel global, en 2020, el Ford Mustang Mach-E fue el abanderado de esta nueva era de la marca del óvalo, un trampolín que la firma ha utilizado para mostrar que sus coches eléctricos iban a cumplir las mismas premisas en cuanto a prestaciones y ADN que los de combustión, aunque sus aspiraciones no eran conquistar un mercado masivo.
A pesar de las pérdidas declaradas, Ford está dando señales claras de que la electrificación llegará a todos los mercados. Su desdoble también supone un enfoque doble en su línea de productos: modelos de gasolina de alto margen en segmentos selectos y un aumento lento de la producción de vehículos eléctricos.
Con ese objetivo, está limpiando el armario de sus modelos de combustión para dejar espacio a los coches eléctricos en los que ya está trabajando. Una vez que los condenados desaparezcan, el fabricante podrá centrarse en los vehículos eléctricos, aprovechando los recursos financieros y el personal liberado.
Los tres coches de combustión que desaparecen
Según publica Automotive News, en la lista negra que se ha creado desde la directiva de Ford se han incluido tres modelos que, por cifras de ventas, se pueden considerar que eran bastante populares. El primero de ellos es la Ford Transit Connect. Una furgoneta compacta que se había ganado un sitio por su capacidad de carga, eficiencia y maniobrabilidad en entornos urbanos. Una opción para pequeñas empresas, repartidores y profesionales que no precisan de una furgoneta de tamaño completo.
Con la e-Transit y la e-Transit Courier, más grandes y completamente eléctricas, esta pequeña furgoneta ha dejado de tener sentido en la gama.
El segundo modelo que desaparece es un desconocido en España: el Ford Edge. Un SUV del segmento D, de cinco plazas, con varias opciones de motorización, entre ellas algunas con tracción a las cuatro ruedas. Si bien se ha vendido en Europa bajo este nombre, actualmente ya había desaparecido en este mercado, donde no se puede considerar que haya sido un éxito.
La planta de Oakville Assembly en Ontario, Canadá, donde se fabricaba, se convertirá en un vehículo centro de producción de vehículos eléctricos. A pesar de desaparecer en Europa y EE.UU, se mantendrá como un modelo de combustión para el mercado chino, donde Ford lo vende en una versión ‘L’ de batalla larga con un diseño totalmente diferente.
El último integrante de esta lista es el Ford Escape, otro SUV de 5 plazas, en este caso del segmento C, que representaba el equilibrio entre la manejabilidad y el espacio. En Europa, fue el sustituto del Maverick entre 2001 y 2004 y se comercializó bajo este nombre hasta la llegada del Kuga.
El Escape híbrido enchufable, presentado en 2021, se ha convertido en una versión separada. También está disponible una variante híbrida estándar. Sus bajas cifras de ventas han terminado de convencer al fabricante de que no tenía sentido intentar salvar el modelo. Tal como están las cosas ahora, Ford no tiene planes para un modelo híbrido o de gasolina de próxima generación. Se espera que la producción finalice en 2025 para ser reemplazado por un crossover eléctrico.