La batalla comercial entre la Unión Europea y China no cesa. Ambas regiones se encuentran en conversaciones para acercar posturas y evitar así el aumento porcentual sobre los aranceles impuestos a la importación de coches eléctricos producidos en el país oriental. De hecho, los intereses de ambas regiones (Europa y China) apuntan a que la situación podría apaciguarse en los próximos meses. No obstante, en los próximos días debería producirse una reunión entre los estados miembros de la UE donde se implementará este impuesto de forma oficial.
En los últimos informes ha quedado claro que España y Alemania serían dos de los países más afectados por la legislación europea a este respecto. Por ello, se espera que ambas regiones voten a favor de su reducción o incluso eliminación, pues su respectiva involucración con China es considerable. Alemania en términos de exportación e importación del sector del automóvil, mientras que España sobre la industria porcina.
No obstante, pese a que los aranceles rompen de lleno las buenas relaciones llevadas hasta ahora con China, lo cierto es que no todos los países de la UE están dispuestos a ‘pasar por el aro’ y prescindir de estos impuestos al país oriental. Concretamente, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noel Barrot, se ha posicionado en una entrevista reciente con Bloomberg.
Francia no está alineada con España y Alemania sobre los aranceles a China
En su intervención, Jean-Noel Barrot afirmó lo siguiente: “La intención de la Unión Europea al aumentar esos aranceles no es la de aplicar algún tipo de política proteccionista general con respecto a China. Se trata, básicamente, de crear igualdad de condiciones”. Queda claro pues que Francia no sólo no votará por eliminar los aranceles, sino que todo apunta a que hará lo propio porque estos sean incluso mayores.
Recordemos que a día de hoy los aranceles impuestos a las marcas de coches eléctricos chinos depende del nivel de apoyo que estas hayan dado a la investigación iniciada por la UE a finales de 2023. Esto ha hecho que se establezca un 17,4% para BYD, un 19,9% para Geely y un 37,6% para SAIC, siendo esta última la más perjudicada. Todo ello, bajo la justificación de equiparar así las condiciones comerciales entre las firmas chinas y las europeas.
“La aplicación de medidas de reciprocidad permitirá a Europa seguir siendo más independiente, más fuerte económicamente y más autónoma estratégicamente”, afirmó el ministro francés. Esta es una conclusión a la que otras firmas de origen galo también han llegado, como Carlos Tavares en representación de Stellantis, quien, hace unos meses, aseguró que esta “es una medida necesaria para salvaguardar los intereses de la industria automovilística europea”.
Sea como fuere, la votación de estos aranceles europeos pone en jaque a miles de puestos de trabajo que dependen de la comercialización con China, en ambas vías. De esto son conscientes los ejecutivos de los países principalmente afectados y por ello abogan por la desaparición completa de este impuesto. En los próximos días debería quedar resuelto este tema para los próximos meses.