El actual gobierno francés quiere pasar a la historia como el que electrificó el parque móvil en todo el país. Emmanuel Macron, presidente de Francia, lleva meses enfocado en la idea de poder proporcionar coches eléctricos a todos sus ciudadanos, dando igual cuál sea su capacidad económica, ya que la práctica totalidad de ellos podrá pagar una de las alternativas que el Ejecutivo presentará. Su precio: 100 euros al mes.
Tal es la complejidad de este proyecto que, después de meses de estudio, ha ido pasando por las manos de varios ministros, pero todos patinan en su idea de hacerlo público, ya sea por una cuestión u otra. Este arrendamiento social de un coche eléctrico sigue presentando un importante número de escollos, como la cuantía de las subvenciones, los precios de las constructoras para la instalación de puntos de recarga, el coste que supondrá la compra de estos modelos, etcétera.
A priori, la idea básica es notablemente llamativa. Y es que, concretamente, el Gobierno galo apunta a los hogares más modestos con esta medida para que pueda desaparecer la idea de que “los coches eléctricos sólo son para ricos”. Sin embargo, como decimos, no es nada fácil lanzar un proyecto de este tipo. La estimación inicial daba por hecho que su presentación sería a mediados del pasado mes de julio para que llegase en forma de Decreto Ley el día 1 de septiembre, lo que supondría que los primeros pedidos se realizarían en otoño y las entregas a principios de 2024. No obstante, las fechas no han coincidido por lo que este pronóstico se retrasará significativamente.
Por parte del Gobierno francés se han lanzado diferentes puntos sobre este modelo de ayuda a la adquisición del coche eléctrico, aunque sin entrar en demasiados detalles, ya que para ello habrá que esperar a la presentación del contenido completo y definitivo. Asimismo, diversas fuentes francesas, como el medio Capital, dan como buenas las reuniones entre ministerios y puntualizan que el proyecto va por buen camino.
Actualmente, dicha ayuda comenzaría con dos modelos eléctricos del catálogo de las marcas francesas, aunque no sin importantes peros a la vista. El primero de ellos sería el Renault Twingo E-Tech, un utilitario que bien podría no llegar a la implantación de la legislación, ya que la firma espera retirarlo de su gama el próximo verano, por lo que las fechas se presentan algo justas.
Como alternativa a este, Francia contempla el nuevo Citroën ë-C3, la variante eléctrica del pequeño modelo galo que se espera que llegue en 2024 a los concesionarios. Esto podría provocar que no hubiera stock suficiente del coche hasta mediados de dicho año. Es decir, podría darse una falta de coches por la salida del Twingo E-Tech y la falta de unidades del ë-C3. No obstante, fuentes apuntan a que se podrían dar alternativas, como el futuro Renault 5 o el Peugeot e-208, aunque, de momento, no son más que rumores y el Ejecutivo sólo contempla los dos primeros mencionados.
Por el momento no se conocen más detalles sobre la llegada de esta ‘ayuda’ a la adquisición de un coche eléctrico en Francia, algo que debería empezar a moverse con más fuerza el próximo mes de septiembre, con el retorno del gobierno después de las vacaciones de verano.
