Cuando hablamos de autonomía en un coche eléctrico, cualquier cosa que la extienda un poco más será bienvenida. Últimamente estamos viendo crecer la aplicación de paneles fotovoltaicos en coches, como por ejemplo en el Hyundai Sonata Hybrid, como otra forma de conseguir energía y convertirla después en movimiento. Hasta ahora, añadir un techo de este tipo era claramente notorio, pero el Instituto Fraunhofer para Sistemas de energía solar acaba de presentar un techo solar para coches eléctricos que no sólo promete gran eficiencia sino que, además, tiene células prácticamente invisibles por lo que el techo se puede elegir en cualquier color y mimetizarse con el techo del coche.
Según sus creadores, las células fotovoltaicas del techo en cuestión tienen una potencia nominal de aproximadamente 210 W/m² y en días soleados pueden aportar hasta 10 kilómetros de autonomía extra a un coche eléctrico. A lo largo de todo un año, calculan que pueden aumentar un 10% la autonomía del coche; si bien este dato es muy relativo, el cálculo se basa en la radiación solar de Friburgo de Brisgovia en un coche con un consumo energético de 17 kWh/100 km y un kilometraje anual de 15.000 km.
La energía solar también se puede utilizar para alimentar los sistemas del aire acondicionado o la calefacción, dos elementos auxiliares que normalmente se alimentan de la batería principal y reducen la autonomía. Este nuevo techo solar, que se presentará al público en el próximo Salón del Automóvil de Frankfurt, tiene además otra interesante novedad. Y es que sus desarrolladores han conseguido que el techo se pueda fabricar en cualquier color, con las células solares integradas de manera invisible en el techo.
Esto es posible gracias a la aplicación de una pintura especial llamada Morpho-Color® que deja pasar la luz solar y con la que el abanico de colores es "casi infinito". Según sus creadores, la pérdida de eficiencia relativa debido a este recubrimiento es sólo del 7 por ciento, algo que se intenta compensar gracias al sistema de interconexión de tejas con el que están construidas las células del techo fotovoltaico: las células de silicio monocristalinas se superponen entre sí y están conectadas eléctricamente con un adhesivo conductor, lo cual reduce al mínimo el hueco entre celdas (superficie eléctricamente inactiva) y aprovecha mejor el espacio disponible en el techo del coche.
Además, hay menos pérdidas debido a la resistencia, el voltaje puede ser más alto que un techo solar convencional (lo que facilita la llegada de la electricidad a la batería) y se reduce el sobrecalentamiento del coche. El resultado final es un techo fotovoltaico que bien podría pasar por un techo panorámico más, reduciendo así el impacto visual que tiene llenar de paneles fotovoltaicos los paneles de la carrocería de un coche.