El Tesla Model S Plaid es el coche más potente de la marca estadounidense (junto al Model X Plaid que probamos hace poco) y el más rápido, pues aventaja al SUV en velocidad punta y aceleración. Es también uno de los coches más rápidos del mundo en el 0-100 km/h y en el cuarto de milla. Sin embargo, Tesla no quería desbloquear todo su potencial para poder alcanzar la cifra prometida de 200 mph de velocidad punta.
Durante muchos años, superar las 200 millas por hora de punta era el objetivo a conseguir. Con los primeros deportivos que empezaron a conseguirlo, surgió coloquialmente el llamado '200 mph club', el selecto grupo de coches que eran capaces de alcanzar o superar esa velocidad, equivalente a 322 kilómetros por hora. Hoy en día, no cualquier coche puede unirse al club, aunque tiene más participantes que nunca (lógicamente) y algunos son, en apariencia, inocentes berlinas familiares.
Cuando Tesla lanzó al mercado el Model S Plaid de 1.020 caballos, prometió que conseguiría alcanzar los 322 km/h de velocidad máxima. Una cifra escandalosamente alta, pero fácilmente alcanzable para un coche de tal potencia. Sin embargo, inicialmente sólo alcanzaba los 262 km/h de punta. Más tarde lanzaron el llamado Track Mode, un modo de conducción que desbloqueaba el limitador hasta los 282 km/h. Todavía era poco y, al parecer, el factor limitante eran los frenos.
Durante un tiempo, Tesla puso a la venta un kit de frenos carbocerámicos que luego retiró. En su página web dice que volverán a estar disponibles "a principios de 2023", aunque todavía no se pueden comprar. Sin embargo, el piloto amateur Sebastian Vittel (no confundir con Vettel, tetracampeón de Fórmula 1) los ha probado en el Circuit de Bresse, en Francia, poniendo de relieve que el Tesla Model S Plaid puede convertirse en un animal de circuito con unos frenos adecuados. Tanto es así que ha batido el récord del circuito para un coche de producción que no usa semi-slicks con un tiempo de 1:33.610.
Para ponerlo en contexto, el mismo piloto hizo 1:37.400 con el Porsche 718 GTS Manthey Racing con los mismos neumáticos que el Tesla (Michelin Pilot Sport 4S) y un tiempo de 1:31.700 con el Porsche 911 GT2 RS Manthey Racing con semi-slicks (Michelin Cup 2 R). Este último, apenas dos segundos por debajo del Tesla, es una auténtica bestia de los circuitos diseñada ex profeso para rendir al máximo en la pista dentro de las posibilidades de un 911 matriculable para circular legalmente en carretera.
El kit de frenos carbocerámicos de Tesla lo forman cuatro discos de 410 mm de diámetro hechos de carburo de silicio-carbono, tanto en el eje delantero como en el trasero. Los discos son mordidos por unas pinzas de freno de seis pistones delante y cuatro detrás, con pastillas de alto rendimiento. A todo ello se suma un líquido de frenos con mayor resistencia a la temperatura. El kit completo cuesta 20.000 dólares en la tienda de Tesla.
El equipo de frenos de serie es, precisamente, uno de los puntos débiles de los modelos Plaid, como pudimos comprobar durante nuestra prueba con el Model X Plaid. No están a la altura de un coche que pesa mucho y corre muchísimo, pues no son lo suficientemente potentes ni lo suficientemente resistentes a la fatiga. De hecho, sus principales rivales incorporan frenos mejorados con respecto a la versión de serie: el Porsche Taycan Turbo S equipa frenos cerámicos de serie, igual que el Lucid Air Sapphire. El Audi RS e-tron GT equipa de serie discos de acero con recubrimiento de carburo de tungsteno, pero puede montar frenos cerámicos opcionalmente por 6.975 euros.
Sebastian Vittel dice que también alcanzó velocidades de hasta 350 km/h (según el velocímetro) en las Autobahn alemanas, que se traducen en unos 330 km/h según el GPS, que ofrece una lectura más precisa. Según Vittel, Tesla desbloquea por completo la velocidad máxima del coche cuando se monta el kit de frenos cerámicos, pudiendo ir aun más rápido de lo que alcanzó en las autopistas alemanas.