La marca DS, propiedad de Stellantis, es la primera que ha dotado a uno de sus coches eléctricos de un sistema de regeneración tan potente que permite prescindir por completo de los frenos mecánicos. Aunque todavía es un prototipo que está lejos de la producción, el DS E-Tense Performance es el estandarte de un futuro en el que los fabricantes prescindirán de las pastillas y de los discos de freno y confiarán únicamente en el frenado regenerativo como el sistema para detener sus vehículos eléctricos.
La electrificación del automóvil no solo está impulsando la innovación en tecnología de baterías y motores eléctricos, sino que está afectando también a los sistemas de frenos. En un coche eléctrico, la frenada se produce generalmente en dos fases. La primera parte del frenado es en realidad un freno eléctrico ya que interviene la electrónica de potencia para variar la fase del motor y convertirlo en un generador. Eso hace que mientras el coche frena además recarga la batería de alto voltaje de modo que la energía no se perderá en forma de calor por el rozamiento de la zapata sobre el disco. Si el conductor pisa el freno con más fuerza entonces interviene el sistema de frenos hidráulicos convencional mediante fricción, con discos y zapatas.
Los frenos regenerativos mejoran la eficiencia de los coches y prolongan la vida de las pastillas y los discos de frenos que prácticamente no precisan de mantenimiento ni sustitución durante miles de kilómetros.
En un futuro, los fabricantes prescindirán de esta combinación de sistemas de frenos, pasando a un sistema de frenado totalmente eléctrico en el que no intervendrá ningún tipo de rozamiento mecánico, y toda la energía se revertirá a la batería. El DS E-Tense Performance es un coche eléctrico, todavía en fase de prototipo desarrollado a partir de la experiencia de la marca en las carreras de la Fórmula E cuyo equipo ha colaborado con los ingenieros de la marca para dar lugar a este concepto.
Para su propulsión cuenta con dos motores eléctricos. El delantero ofrece 250 kW de potencia (340 CV), mientras que el trasero alcanza los 350 kW (476 CV). La suma genera un máximo de 600 kW, lo que se traduce en 816 CV y 8.000 Nm de par de salida del motor. Cuando se pisa el pedal del freno, el sistema de regeneración puede aprovechar esos 600 kW de potencia para reducir la velocidad del vehículo y frenarlo hasta detenerlo por completo.
Por cuestiones de redundancia y seguridad, y porque la legislación no permite prescindir de él, el DS E-Tense Performance también está equipado con un sistema de frenos convencional, similar al de un monoplaza de la Fórmula E. En este caso no entra nunca en funcionamiento y solamente actúa en caso de que se produjese un fallo en el sistema de regeneración.
Eliminar las pastillas de freno ofrece un gran potencial en la reducción de la contaminación ambiental que se produce por la fricción de estas sobre los discos. En algunos estudios, los investigadores sugieren que las pastillas de freno (junto con los neumáticos) son una fuente importante de contaminación por partículas finas. Esto ha llevado a la propuesta de algunas innovaciones tecnológicas para recolectar el polvo generado en los vehículos antes de ser expulsado.
Algunos vehículos eléctricos que están en el mercado hoy en día ya ofrecen un sistema de frenado regenerativo que evita la necesidad de tocar el pedal del freno para detenerlos por completo. Conocido como one pedal (que implementó por primera vez BMW en el i3) al levantar el pie del acelerador actúa el sistema de regeneración provocando una desaceleración suave. Sin embargo todos ellos necesitan los frenos de fricción para los últimos metros, incluso en los llamados modos de conducción one-pedal. La mayoría confía en una combinación de frenos bastante compleja que incorpora las pastillas de fricción para esa detección final y para permitir un frenado abrupto cuando este es necesario.