Los rumores que sonaron ayer con fuerza respecto al acuerdo entre FCA y PSA tenían ya muchos motivos para hacerlo. Hoy el acuerdo de fusión entre Fiat Chrysler Automobiles y el Grupo PSA se ha hecho efectivo, y la compañía resultante será a partir de ahora el cuarto mayor fabricante o grupo automovilístico del mundo. Los accionistas de cada compañía poseerán el 50 por ciento de la entidad resultante y John Elkann será el presidente de la nueva compañía.
El nuevo grupo resultante incluye a las marcas Peugeot, Citroën, Opel, DS, Fiat, Jeep, Alfa Romeo, Dodge, Maserati, Chrysler, la languideciente Lancia y Mopar, más la división de vehículos comerciales del Grupo PSA y Fiat Professional. Según ambas compañías, «la fusión combinará las fortalezas de las respectivas marcas en los segmentos de lujo y premium, vehículos de pasajeros convencionales, SUV, pick-ups y vehículos comerciales ligeros, haciendo que juntas sean más fuertes». Asimismo, estiman que con la fusión ahorrarán 3.700 millones de euros «sin cierre de plantas», y avanzarán en la movilidad sostenible y el desarrollo de la conducción autónoma.
El consejo de administración de la empresa matriz lo formarán 11 miembros, con John Elkann (Fiat) como presidente y Carlos Tavares (Peugeot) como director general y miembro de la Junta. La sede de esta compañía resultante estará en los Países Bajos, donde tiene actualmente su domicilio europeo Fiat Chrysler Automobiles.
Con alrededor de 8,7 millones de coches producidos el año pasado entre ambos grupos, el acuerdo dará como resultado el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo por detrás del Grupo Volkswagen, la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y Toyota. El valor total de la nueva compañía se calcula en torno a 50.000 millones de dólares y los accionistas actuales de cada empresa pasarán a poseer el 50 por ciento de la empresa fusionada.
El anuncio de la nueva fusión entre el Grupo PSA y FCA se produce varios meses después de que esta última intentase hace unos meses una alianza con Renault, uno de los mayores competidores de PSA, y que acabó sin éxito por la oposición de Nissan y la falta de apoyo del gobierno francés.