El interés de Bosch por el mercado de movilidad eléctrica destaca sobre todo por su implicación en sectores como el automotriz y el de las bicicletas en los que, principalmente actúa como un proveedor industrial. Baterías, motores eléctricos, sistemas especiales, pantallas de control y otras tecnologías forman parte de los productos que ha ido presentando en los últimos años. Ahora, la empresa alemana sorprende con uno nuevo que nada tiene que ver con el resto: unas gafas inteligentes que, a modo de HUD (Head-Up Display), permite a los conductores y ciclistas disfrutar de una pantalla de visualización frontal que ofrece todo tipo de información justo delatante de ellos, lo que hace su actividad mucho más segura.
Bajo el nombre de Smartglasses Light Drive, y con la ayuda de un vídeo en el que se muestran sus posibilidades, Bosch muestra a una ciclista que montado sobre en su bicicleta eléctrica aprovecha las características de estas gafas inteligentes. Proyectadas delante de ella, sigue las instrucciones del navegador GPS de su móvil mientras pedalea. Las indicaciones en forma de flechas y distancias, que facilitan su interpretación, se actualizan a medida que se acerca al siguiente desvío. A continuación se baja de la bicicleta para hacer sus compras, y no olvida ninguno de sus artículos gracias a que aparecen reflejados en forma de lista de elementos descartables que se eliminan con un simple toque sobre las gafas.
Las Smartglasses Light Drive de Bosch también tienen su sentido lejos de la bicicleta, gracias a su compatibilidad con otras aplicaciones. Un conductor de un automóvil las usa como navegador para llegar a su destino y un cocinero sigue siguiendo una receta paso a paso a través de ellas.
Las gafas presentadas por Bosch permiten a los usuarios interactuar con toda la información contenida en su móvil como la navegación, las llamadas, las notificaciones, las alarmas, los eventos de calendario y la mensajería, por lo que recuerdan a las famosas Google Glass que el gigante tecnológico presentó en 2012. Su propósito era mostrar la información disponible para los usuarios de teléfonos inteligentes sin utilizar las manos, permitiendo también el acceso a Internet por órdenes de voz. Tras ponerse a la venta en 2014 primero en Estados Unidos y luego en Reino Unido, su éxito comercial fue muy escaso de modo que el 15 de enero de 2015 la compañía anunció que dejaría de producirlas, aunque en realidad nunca pudieron pasar de ser un prototipo.
Con un peso de 10 gramos y un tamaño muy reducido, las Smartglasses Light Drive pueden adaptarse prácticamente a cualquier estilo y tipología de gafas actuales con cristales curvados, planos, graduados o no, abriendo la puerta a una gama más amplia de posibilidades. Al contrario que Google, que las implementó en un formato propio que quizás fue uno de sus mayores inconvenientes, Bosch apuesta por comercializar este producto en forma de suministrador para otras empresas que se dedican a diseñar y fabricar gafas.
La miniaturización de los componentes de las Smartglasses Light Drive permiten que puedan ser insertadas en cualquier tipo de gafas.
Pero su diferencia no está solo ahí, sino en la tecnología que utiliza que elimina los problemas de luz parásita ofreciendo una visión transparente a cualquier hora del día. Bosch ha recurrido a su experiencia en la fabricación de pantallas y equipos multimedia para vehículos en los últimos años para lanzar su evolución "definitiva". La tecnología que hay detrás de estas gafas es un escáner de luz colimada, basado en un sistema microelectromecánico (MEMS) incorporado al módulo Bosch Smartglasses Light Drive. Es capaz de escanear el HOE, el elemento holográfico que se encuentra incrustado en la lente de las gafas, redirigiendo la luz sobre la superficie de la retina, para dibujar una imagen que estará siempre enfocada. De esta forma se logra una total transparencia a través de la proyección y se elimina la luz parásita que reduce el campo de visión.
Habrá que esperar ahora a la evolución real de este producto y a su implementación tanto para su uso en una bicicleta como en un coche. No es lo mismo recibir información mientras se conduce que mientras se cocina, ni en la parte práctica ni en cuestiones de seguridad. De cualquier forma, la innovación de Bosch podría cambiar completamente la manera de conducir una bicicleta o un coche y la manera de vivir el día a día.