La batalla por la estandarización de los puntos de carga en Estados Unidos parece haber llegado a su fin. Aunque las presiones eran constantes en uno y otro sentido, finalmente los tres grandes fabricantes de coches eléctricos del país parecen haberse puesto de acuerdo para fijar el sistema NACS de Tesla como formato común para los eléctricos. General Motors ha sido la última en sumarse a la alianza de Ford y Tesla. A partir del próximo año, sus clientes ya podrán tener acceso a los más de 12.000 Supercargadores de Tesla repartidos por todo el continente norteamericano.
A finales del mes pasado saltó una de las noticias más importantes en Estados Unidos relacionada con la movilidad eléctrica. Ford, el mayor fabricante del país, firmaba un acuerdo de entendimiento con su mayor rival para adoptar el sistema NACS como el formato estándar para sus coches eléctricos a partir de 2025. El Mustang Mach-e, la F-150 Lightning y la e Transit, además de todos los lanzamientos que se produzcan en el futuro, incorporarán el punto de carga diseñado y desarrollado por Tesla.
El anuncio cogió a muchos por sorpresa e inmediatamente empezaron las hostilidades entre ambos bandos. Por un lado, Tesla y ahora también Ford, por otro lado, el resto de fabricantes y asociaciones que presionaban por estandarizar el formato de carga mediante el sistema CCS. La Unión Europea, en una maniobra de contención política, adoptó hace años el sistema CCS como formato de carga homologado para todos los vehículos eléctricos de Europa. Una forma sencilla de zanjar un asunto que en Estados Unidos lleva demasiado tiempo abierto.
We want to bring #EverybodyIn to the all-electric future, and cross-industry collaboration is essential to that goal. pic.twitter.com/WvUGVjNq1h
— General Motors (@GM) June 8, 2023
En realidad, la maniobra comenzó a principios de año cuando Tesla anunció la pronta liberalización de su red de Superchargers a otros fabricantes. Los vehículos no Tesla tienen que emplear adaptadores de corriente para poder conectarse a los puntos más fiables de la red de carga. Sin embargo, todo el mundo tenía más que claro que debía adoptarse un formato común para así hacer la vida más fácil a los usuarios y simplificar la producción de todos los vehículos eléctricos del país.
Tal y como predijo hace unos días el secretario de Transporte de la Administración Biden, Peter Buttigieg, ha sido la propia industria la que ha optado por un solo camino. General Motors es el segundo mayor grupo automovilístico del país, situado desde hace años dentro de la órbita de Stellantis. La compañía americana quiere retomar la actividad en Europa. La cúpula directiva, con la CEO Mary Barra al frente, ya ha confirmado que, con marcas como Chevrolet, RAM y Cadillac, volverán a estar disponibles en Europa los próximos años con una apuesta predominantemente eléctrica.
Aunque no hay un acuerdo general y sellado por todos los fabricantes, el posicionamiento de General Motors, Ford y Tesla está destinado a ejercer la presión mayoritaria en la adopción del sistema NACS como estándar. La propia Mary Barra ha anunciado que a partir de 2025 todos los modelos eléctricos de GM llegarán de fábrica con la toma de Tesla instalada. Antes de esa fecha, a partir de 2024, los clientes del conglomerado ya podrán tener acceso a los más de 12.000 Superchargers que Tesla tiene repartidos por el país. Se trata del mismo acuerdo que hace unos días firmaron los de Michigan.