No hace falta ser un visionario para saber que si unes Apple, Tesla y Space X obtendrás algo realmente asombroso. En cambio, algunos todavía usan esta misma palabra para referirse a Elon Musk, quien tuvo la genial idea de crear un equipo de ingenieros dedicados al desarrollo de materiales ultra avanzados tomando una pizca de lo mejor de cada casa. De este modo, las mismas aleaciones con propiedades superiores que se emplean en las aeronaves y cohetes de Space X podrían ser utilizadas en los coches eléctricos de Tesla, y viceversa. Así nació la sinergia que existe entre Tesla y Space X.
Todo empezó en 2015, cuando Musk fichó el Doctor Charles Kuehmann proveniente de la archiconocida marca de equipos informáticos y teléfonos móviles Apple. Kuehmann se doctoró en ingeniería y ciencia de materiales en 1994 por la Northwestern University, siendo discípulo del profesor Gregory B. Olson, quien es considerado por la Academia Americana de las Artes y las Ciencias como "el padre del diseño de materiales moderno". Dos años después de doctorarse, Kuehmann fundó la empresa QuesTek junto con otros cuatro científicos con la finalidad de comercializar los progresos que habían conseguido en el campo del diseño de nuevos materiales para aplicaciones diversas.
Durante su etapa en QuesTek, el doctor Kuehmann no solamente fue capaz de desarrollar y comercializar nuevos procesos y herramientas de ingeniería de materiales, sino que creó innovadoras aleaciones utilizando numerosos elementos, desde titanio hasta tungsteno, pasando por otros más comunes como el aluminio, el cobalto y el níquel, y elementos más desconocidos como el niobio. De cualquier forma, los avances fueron tales que Apple no tardó en interesarse por su trabajo y terminó adquiriendo la compañía para que liderase el desarrollo de nuevas aleaciones de aluminio para sus productos. Un buen ejemplo de su saber hacer lo encontramos en el aluminio que se emplea en el Apple Watch, que según la compañía de la manzana es un 60% más resistente que las aleaciones convencionales.
De regreso a Tesla y Space X, una reciente publicación por parte de la empresa solicitaba incorporar un especialista en metalurgia que desarrollaría su rol "en el programa de ingeniería de materiales de Tesla/Space X". Fue la primera vez que supimos del programa, que une directamente ambas empresas a través de un departamento compartido. "Esta posición dependerá del gerente de metales, cerámica y vidrios de Tesla Materials & Processes Engineering, que forma parte de la organización de Ingeniería de Materiales SpaceX/Tesla", rezaba la oferta de trabajo.
Pero al ser preguntada por su colaboración con Space X a nivel de ingeniería de materiales, Tesla segura que "no es tan formal" como el mencionado anuncio pudiese sugerir. Cuando el portal Electrek se puso en contacto con la marca para aclarar esto, llegó a la conclusión de que, aunque se puedan considerar "empresas hermanas", son entidades completamente separadas porque podría resultar confuso tener un equipo trabajando conjuntamente en nuevas aleaciones y tratando información altamente confidencial. Aunque esto último podría resultar desalentador, lo cierto es que Tesla y Space X comparten una base de datos en la que están registradas todas y cada una de las combinaciones de materiales de las que ambas empresas tienen conocimiento.
La colaboración entre Space X y Tesla va mucho más allá de los nuevos materiales, ya que –según Electrek– Tesla reconoce que este software ha sido desarrollado conjuntamente con la empresa que envió el Roadster de Musk al espacio exterior, pero que la información y datos confidenciales de cada material siguen siendo únicamente propiedad de cada una de las compañías. Elon Musk en ocasiones ha hablado de las dificultades que conlleva dirigir dos empresas de forma paralela, pero del mismo modo también es consciente de todas las ventajas que le aporta tomar parte en dos industrias diferenciadas pero con numerosos elementos en común.
El principal objetivo de Space X es el de abaratar los costes de construcción para enviar satélites al espacio a un precio inferior, y si alguna industria entiende cómo se pueden construir vehículos complejos de forma relativamente barata, esa es la automotriz. Por otro lado, Tesla se beneficiaría del know how que ha adquirido Space X en el campo de la fabricación de elementos de alta tecnología. Prueba de ello es la tecnología de soldadura por fricción-agitación que Tesla heredó de Space X para unir las grandes bobinas de metal que se utilizan en los talleres de estampación. Esta misma técnica es utilizada por los ingenieros de Space X para soldar las láminas de aluminio que componen un elemento tan delicado como son los tanques de combustible de sus cohetes.
Tecnología a parte, Tesla y Space X también tienen en común varios miembros de sus juntas directivas, a la vez que también ha habido intercambio de ingenieros de alto rango para acelerar el desarrollo del sistema de conducción autónoma Autopilot. En cambio, ningún miembro del personal en común alcanza el nivel de jerarquía que Kuehmann desempeña en la organización, pues ostenta el rango de vicepresidente. La importancia de los materiales es tal para Tesla que, sin lugar a dudas, el papel que desarrolla este doctor en ingeniería de materiales en la compañía será capital para el correcto desarrollo de los numerosos proyectos que están en marcha de forma paralela.
Tanto el Tesla Model S como el X están construidos básicamente con partes hechas de aluminio, un material muy ligero pero que a parte de ser bastante más caro que el acero, tiene el inconveniente de que es muy fácil de deformar. Por este motivo, el nuevo Tesla Model 3 utiliza una cantidad mucho menor del material en pro del acero. Según asegura Tesla, en sus talleres cuenta con una enorme prensa que, siendo la más grande del continente norteamericano, produce una nueva pieza cada 6 segundos.
Dejando los materiales más comunes a un lado, tanto Space X como Telsa utilizan una super aleación de grado espacial llamada "inconel". El caso de la automotriz, la aleación de "inconel" se emplea en los paquetes de baterías compatibles con las versiones más potentes de sus coches eléctricos, aquellos con el modo "Ludicrous", capaces de acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de dos segundos. Mientras tanto, Space X utiliza el mismo para fabricar uno de sus motores llamado SuperDraco mediante la tecnología de impresión en 3D.
Para terminar, cabe recordar que durante la presentación del Tesla Semi, Elon Musk anunció que el camión eléctrico equiparía cristales blindados, mostrando al público los resultados del impacto de un objeto pesado sobre el parabrisas en la gran pantalla habilitada para el evento. Otros avances en el campo de los materiales por parte de Tesla son las tejas con paneles fotovoltaicos de su techo solar y el techo completamente cristalino fabricado con un material mucho más resistente que la empresa californiana reveló junto con el primer prototipo del Model 3. Tal vez es por esto que muchos consideran a Tesla mucho más que un fabricante de coches eléctricos.