La Gigafactoría de Nevada, que gestionan de forma conjunta Tesla y Panasonic, ha arrojado beneficios económicos por segundo trimestre consecutivo, según ha anunciado el CFO de Panasonic, Hirokazu Umeda. A pesar de inestabilidad de la relación entre las dos empresas, estos buenos resultados han propiciado las primeras conversaciones entre los dos socios para ampliar su capacidad de producción más allá de los 35 GWh actuales.
En 2014, Tesla y Panasonic acordaron poner en pie de manera conjunta la Gigafactoría de Nevada, dedicando una inversión de cerca de 5.000 millones de euros. En todo este tiempo y hasta hace solo seis meses, esta instalación ha sido deficitaria. El Director financiero (CFO) de Panasonic ha anunciado que ante el crecimiento de las ventas de Tesla, la demanda de baterías actual excede ya la capacidad de producción de la planta, que es de 35 GWh anuales, por lo que ya están manteniendo conversaciones para ampliarla.
Paralelamente, según Umeda, "Panasonic y Tesla trabajarán para mejorar los materiales y las tecnologías", con lo que podría referirse a una nueva generación de baterías similares a las que Tesla está desarrollando con la empresa china CATL, de bajo coste y larga vida útil. El equipo de desarrollo de baterías de Tesla, encabezado por el investigador canadiense Jeff Dahn trabaja en varios campos con este objetivo desde hace varios años.
El proyecto de poner en pie una fábrica conjunta de baterías en China ha sido abandonado definitivamente. Según Umeda, la planta de Tesla en Shanghái se abastecerá con las baterías que se produzcan en Nevada tras la ampliación. Además, Panasonic ha decidido detener la producción de celdas solares en la Gigafactory 2 en Nueva York este año.
Gigafactoría de Nevada.
A finales del mes de marzo, la Gigafactoria de Nevada cesó su producción debido a la crisis de Covid 19. Panasonic retiró a los 3.500 empleados que trabajan allí, que han vuelto a su trabajo hace tan solo unos días. Para el segundo trimestre de 2020 las previsiones para la planta son poco optimistas, lo que supondrá de nuevo su vuelta a los números rojos.
La relación de Tesla y Panasonic
En los últimos años, la relación entre Tesla y Panasonic ha entrado en una fase de inestabilidad, a pesar de los buenos resultados de los dos últimos trimestres. El fabricante japonés dejó de ser el proveedor exclusivo de baterías de Tesla tras la firma por parte de la empresa californiana de sendos contratos con la coreana LG Chem y la china CATL. Para Panasonic, una gran inversión, que alcanzó los 1.600 millones de dólares, ha tardado más de lo previsto para generar beneficios. Esta circunstancia es solo consecuencia de que, finalmente, Tesla ha logrado escalar la producción de sus coches eléctricos, con el consiguiente aumento de la demanda de baterías.
Otra de las razones por las que la relación se encuentra en una fase inestable es el Proyecto «Roadrunner», hasta hace poco llevado en el más estricto de los secretos, con el que Tesla busca desvincularse de Panasonic. De la mano del equipo de Jeff Dahn, su objetivo es producir celdas de batería con mayor densidad de energía que las actuales y a gran escala, con un coste de producción inferior a los 100 dólares/kWh. Según los rumores, la nueva tecnología se introducirá a principios de 2021 a una escala de producción mayor que el de las Gigafactorías.