GKN Automotive ha lanzado una nueva generación de su inversor para coches eléctricos compatible con la tecnología de 800V. La multinacional británica asegura que este nuevo inversor ofrece un aumento de potencia de salida del 20 % con respecto a la versión anterior, aumenta en un 50 % la energía específica y reduce la cantidad de cobre necesaria en un 63 %. Esta máquina forma parte de la plataforma eDrive que GKN ha desarrollado gracias a su asociación con Jaguar Racing en la serie de carreras eléctricas de la Fórmula E.
GKN suministra sistemas de accionamiento completos para la industria automotriz, metalúrgica y aeroespacial. Lidera el mercado de componentes para vehículos convencionales de tracción total y es, además, pionero en la fabricación de ejes de accionamiento y motores eléctricos. En 2030, prevé que circularán 110 millones de vehículos, de los que un 20% serán vehículos eléctricos puros y un 10% híbridos enchufables.
En este contexto, la empresa apuesta por una nueva generación de sistemas eDrive basados en la tecnología de los 800 voltios que actualmente ya está en el mercado bajo la carrocería de automóviles premium, como es el caso del Porsche Taycan, pero que poco a poco se irá generalizando como demuestra la llegada al mercado del IONIQ 5 y del Kia EV6. La implementación de un sistema de 800 V permite a los fabricantes entregar más energía al motor, y también a la batería en el proceso de recarga.
Como parte de esta plataforma eDrive, este nuevo inversor también es compatible con los sistemas de 400 V existentes, aunque BGKN Automotive pronostica que la mayoría de los coches eléctricos utilizarán esta tecnología en 2025. Además de un aumento de la potencia de salida de un 20 %, la densidad de energía se incremente en un 50 %, la relación potencia-peso aumenta un 60 % y el contenido de cobre se reduce en un 63 %, según indica el fabricante.
Como parte de esta plataforma eDrive, GKN está desarrollando sus nuevos motores eléctricos, que estarán disponibles a partir de 2024. Estos nuevos propulsores estarán basados también en la tecnología de 800 voltios. Gracias a ellos, la capacidad de las baterías aumentará. Los ingenieros trabajan para hacer que estas baterías sean más pequeñas y livianas. Acompañadas por un sistema de 800 voltios, los tiempos de recarga que se emplearán serán mucho más cortos que los actuales alcanzando valores razonables incluso para los coches eléctricos dirigidos al mercado masivo.
La corriente alterna que alimenta los motores eléctricos síncronos es producida por el inversor, que se encarga de tomar la corriente continua de la batería y convertirla en alterna y proporcionársela al motor. La frecuencia de la corriente alterna determina la velocidad a la que gira el motor. Este dispositivo emplea electrónica de potencia de alto nivel, capaz de proporcionar el voltaje y el amperaje que requiere el motor en cada momento. Cuanto más robusto sea el inversor, más eficiente y fiable será un vehículo eléctrico.
Christoph Gillen, Director de Ingeniería de Sistemas de GKN asegura que el rendimiento que ofrece el nuevo inversor "es el siguiente paso en nuestra misión de impulsar un mundo más limpio y sostenible, ya que hemos podido aumentar enormemente el rendimiento y mejorar la eficiencia. Creemos que el futuro de la tecnología de los vehículos eléctricos está en las arquitecturas de 800 V".
Los sistemas de 800 voltios permitirán autonomías suficientes (por encima de los 350 kilómetros a velocidad de autovía) y tiempos de recarga razonables (200 kilómetros en 20 minutos) y ayudarán a desmitificar dos de los grandes hándicaps que los coches eléctricos tienen actualmente para ser una opción de compra para los usuarios.
Con estas características y apoyados en una futura red de recarga ultrarrápida que también cuente con esta tecnología, la próxima generación de coches eléctricos permitirá los desplazamientos de larga distancia sin que ni la autonomía ni los tiempos de espera para la recarga supongan un compromiso inasumible.