Con la llegada a las carreteras de los nuevos vehículos eléctricos e híbridos enchufables, en la escena de un accidente, los especialistas de seguridad de los bomberos tienen que ir más allá de sus protocolos tradicionales antes de que poder estudiarla de forma segura, puesto que deben encontrar la información específica sobre el vehículo electrificado involucrado. Las Guías de Emergencia que desarrollan los fabricantes en colaboración con otras instituciones ayudan a seguir una serie de pasos fundamentales para eliminar todo tipo de riesgos.
Cualquier accidente automovilístico se convierte en un escenario complicado. Resolverlo y saber qué ha pasado, implica deducir la velocidad a la que circulaban los vehículos, la dirección que llevaba cada uno de ellos, que tipo de vehículos están involucrados, la hora del día a la que sucedió, la orografía del terreno, la climatología en el momento del accidente, la densidad del tráfico, el número de víctimas y la gravedad de las lesiones. Muchas variables que los Departamentos de Bomberos, encargados de las investigaciones sobre lo que ocurre en los accidentes, deben tener en cuenta.
Los fabricantes de automóviles, SAE International (Sociedad de Ingenieros de Automoción o Society of Automotive Engineers, por sus siglas en inglés) y tres entes americanos, la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, el Departamento de Energía y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, están tratando de cubrir el vacío educativo que existe sobre las especiales características los vehículos eléctricos, para facilitar y aumentar la seguridad del trabajo de los cuerpos de bomberos.
Para ello, están trabajando en la elaboración de Guías de Emergencia, manuales de capacitación y videos en los que se resaltan las diferencias más importantes que hay que tener en cuenta cuando se ve afectado un vehículo eléctrico.
Existen muchas similitudes en el equipo, las herramientas y las prácticas que se emplean en un accidente que solo involucra vehículos con motor de combustión interna y los que afectan también a vehículos eléctricos. Sin embargo, en estos últimos, los bomberos se encuentran motores de alta potencia y par que pueden permanecer accionados tras el accidente prácticamente en silencio, baterías de 400 a 800 voltios, condensadores de alta potencia, electrónica de alta tensión y metros extra de cableado.
Según los expertos, el nivel de riesgo es casi el mismo en un choque en el que esté involucrado un coche eléctrico respecto al que involucra a vehículos a gasolina o diésel. Sin embargo, es conveniente introducir ciertos controles específicos para reducir los riesgos extra creados, sobre todo, por la batería de alto voltaje. Entre ellas están las posibilidades de electrocución, las quemaduras eléctricas provocadas por el calor, el incendio provocado por reacciones químicas incontroladas y temas específicos sobre la extracción de las víctimas o el traslado y almacenamiento del vehículo.
Los 7 pasos
El primer paso es identificar la marca y el modelo del vehículo eléctrico involucrado leyendo sus insignias. Con la guía de Emergencia se obtiene la información detallada del procedimiento de apagado que ha desarrollado el fabricante. Los vehículos eléctricos tienen sistemas de seguridad únicos, tecnología específica de cada marca e incluso de cada modelo y electrónica propia.
El segundo paso es la inmovilización y el aislamiento. Los vehículos eléctricos son especialmente silenciosos, por lo que los bomberos deben localizar las llaves y comprobar en el tablero de instrumentos si está o no apagado. La Guía de Emergencia informa si el fabricante de automóviles ha incorporado un interruptor de apagado automático o manual, y si hay un circuito de corte para aislar la energía de la batería del resto del cableado, los motores y los dispositivos electrónicos de control. Además, si el vehículo tiene una batería de 12 voltios, es necesario desconectar el cable del electrodo negativo.
Cilindros de inflado de los airbags en un Tesla Model 3.
El tercer paso es la excarcelación de los heridos y su extracción. En la Guía de Emergencia se definen las áreas de la carrocería que no deben ser cortadas puesto que bajo ellas residen las baterías, el cableado o los cilindros de inflado de los airbag. También indica donde se encuentran los cercos de acero que forman parte de la estructura resistente de puertas y techo. Obviamente, deben utilizarse todos los protocolos de seguridad estándar para la extracción de pasajeros.
El cuarto paso es ubicar la batería. Las baterías de vehículos híbridos, más pequeñas que las de los eléctricos puros, se sitúan habitualmente detrás o debajo de los asientos, en el maletero o en los túneles del piso central. En cambio en los vehículos 100% eléctricos se sitúan generalmente debajo del piso.
El quinto paso es determinar si la batería está dañada. Para ello hay algunas variables que los bomberos deben comprobar como si la caja en la que se integra la batería ha sido perforada, si se ha sumergido en agua, si ha estado expuesta al combustible de otro vehículo, si está caliente, o si se escuchan explosiones internas. En estos casos, verificar la batería con una cámara termográfica, buscando puntos calientes es una necesidad que se incluye en la Guía de Emergencia.
Zonas que no se pueden cortar en un Tesla Model 3.
El sexto paso es enfriar la batería, para lo que se requiere mucha agua, y por lo tanto debe asegurarse su suministro. Si la batería exhuma algún tipo de vapor caliente al refrigerarla, los bomberos deben utilizar un equipo de respiración autónoma. Además no deben cortar ni aplastar la batería puesto que podrían causar una fuga térmica, ya que las celdas cortocircuitadas calientan las adyacentes provocando una reacción en cadena. Una vez terminado el proceso, la batería debe permanecer a temperatura ambiente durante al menos 45 minutos antes de liberar el vehículo para su transporte.
El séptimo paso es el almacenamiento del vehículo dañado. En el caso de que haya estado sumergido, haya sufrido un incendio o un golpe muy fuerte este debe almacenarse al menos a 15 metros de otros vehículos o estructuras en prevención de un posible incendio de la batería en los días posteriores al accidente.