Además de por otras muchas razones, Mónaco es famosa por albergar uno de los circuitos urbanos de carreras más complejo técnicamente para los pilotos del campeonato de Fórmula 1. Durante el fin de semana del Gran Premio, las calles de la ciudad quedan cerradas al tráfico rodado. Su topografía es la de una pista estrecha con curvas cerradas. La más lenta es la famosa horquilla Grand Hôtel, que además se traza en bajada, lo que aumenta su complejidad y también su atractivo.
Si los monoplazas de la Fórmula 1 son aquí prudentes, más todavía lo son los vehículos particulares, que la trazan a velocidades muy reducidas. Al parecer, el optimista conductor de este Citroën Ami eléctrico quería probar si este pequeño cuadriciclo eléctrico estaba exento de lo que los efectos de la física pueden provocar en una curva como esta. Algo debe haber aprendido tras pasar por allí en varias ocasiones.
Sucedió lo inevitable
En los múltiples vídeos filmados al mismo tiempo y publicados en todas las redes sociales, se ve al pequeño cuadriciclo atacando la horquilla en la dirección de subida, contrario al habitual de la carrera. Llega a ella a la que parece ser casi su velocidad máxima, 45 km/h, chirriando sus neumáticos y balanceándose excesivamente. Sin embargo, logra su propósito con cierta dignidad.
Animado por este éxito, el conductor decide atacar de nuevo la curva, esta vez, en el otro sentido, es decir, bajando. En esta ocasión hay menos suerte y la velocidad es excesiva de manera que el Ami acaba volcando y arrastrándose sobre su lateral para golpear uno de los bolardos de la acera que es el que finalmente lo detiene. Afortunadamente, el accidente se saldó solo con los daños materiales; ningún peatón fue atropellado y el conductor salió ileso con una pequeña herida en la cabeza.
Un Citroën Ami ¿de carreras?
Aparte del rato de curiosidad y diversión que ofrecen las imágenes del incidente, es posible sacar algunas conclusiones. El Citroën Ami no está homologado como un turismo sino como cuadriciclo ligero. Sus dimensiones y su peso (483 kg) no están destinados a la conducción deportiva. La batalla es muy corta ya que su longitud es solo de 2,41 m, mide 1,53 m de alto y solo 1,39 m de ancho y se apoya sobre unas llantas muy delgadas de tan solo 14 pulgadas. Su equipamiento interior es mínimo para que pueda venderse desde 7.790 €.
En una prueba como esta, el ESP (control electrónico de estabilidad) podría haber evitado o, al menos, limitado el daño. También hubiera sido útil la presencia de unos airbags. El sistema ABS, que tampoco incluye, hubiera sido menos práctico ya que, por lo que parece, el conductor no tenía intención de frenar. Esta falta de equipamiento de seguridad es habitual en el segmento al que pertenece el Ami.
Además, se trata de un vehículo que se puede conducir con 15 años y sin carnet, lo que induce a pensar que buena parte de sus usuarios carecen de la formación vial mínima necesaria.