Herbert Diess, CEO del Grupo Volkswagen, ha declarado recientemente que aún es muy pronto como para girar por completo hacia el coche eléctrico, hablando en términos empresariales y de producto.
Las declaraciones del máximo responsable del consorcio alemán tuvieron lugar durante la pasada cumbre "Future of The Car", celebrada por el Financial Times, con los coches eléctricos y la transición de la industria hacia ellos como ejes principales. En su intervención, Diess ha dejado varias claves acerca de su visión en cuanto a la situación del sector, entre ellas que Tesla está siendo más resolutiva y capaz de lo esperado por la empresa alemana en primera instancia.
Diess también explicó que aunque los coches eléctricos son la senda que a su modo de ver han de tomar todas las compañías, aún es pronto para hacerlo de manera completa. El problema, según el empresario, no está relacionado con la demanda de los clientes, que como bien demuestran las cifras de ventas es cada vez mayor, sino en la infraestructura que rodea al coche eléctrico, tanto a nivel de usuario como de producción de los mismos.
"Todo estará ahí para que crezcan, pero se necesita una gran inversión y tiempo para lograrlo. Necesitamos que se modifiquen o construyan las plantas adecuadas, que esté disponible la capacidad de producción de baterías y que se construya una cadena de suministro segura y sostenible. El cliente necesita que se establezca la infraestructura correcta para convivir con los coches".
Aun con ello, el alemán no duda en que el Grupo Volkswagen se convertirá en líder mundial en cuanto a ventas de coches eléctricos para 2025, y que terminará de separarse por completo del resto de fabricantes cuando su oferta de coches eléctricos de precio asequible arranque su comercialización. U. No obstante, prevé una carrera reñida con Tesla, quien no tiene tantas ataduras como el consorcio alemán.
Y es que el Grupo Volkswagen (así como el resto de fabricantes) tiene que sostener la estructura empresarial que aún mantienen los coches de combustión interna, mientras que aumenta las inversiones y efectúa la transición al coche eléctrico de manera acertada, también con el desafío comercial de por medio de tener dos gamas distintas de coches cuyo cliente tipo empezará cada vez más a dudar entre una tecnología y otra.
Tesla, por su parte, no tiene tras de sí ninguna tecnología en incipiente desfase que sostenga la mayor parte de su actividad económica, por lo que se puede permitir no sólo destinar todo el tiempo a nuevos modelos, sino también actuar de manera más solvente y con menos handicaps ante cualquier imprevistos, como el COVID o los efectos del conflicto ruso-ucraniao.