La electrificación de la industria del automóvil está obligando a todos los fabricantes a poner sobre la mesa una estrategia que les lleve a ofrecer una gama de modelos 100% eléctricos. Las decisiones que se tomen hoy marcarán su futuro en las próximas décadas. Mientras algunos arrancaron ya hace años este nuevo rumbo, Toyota prefirió explotar su tecnología híbrida y, en silencio, invertir en el desarrollo de las baterías. ¿Cuál es entonces su futuro?
El compromiso con la calidad y la eficiencia de las fábricas de Toyota ha llevado al fabricante japonés a operar con éxito en los mercados de todo el mundo. Ha logrado tener una fuerte presencia en los cinco continentes, con factorías y centros de desarrollo centrados en trabajar para cada uno de ellos. Por eso, hoy en día es, por volumen de ventas y por producción, el fabricante más grande del mundo.
Buena parte de este éxito se debe a su capacidad para ofrecer el vehículo adecuado en cada región, algo que hace mejor que sus rivales europeos, japoneses y estadounidenses. Toyota es especialista en crear sus automóviles a gusto de los conductores y convertirlos en productos globales. El Corolla, el RAV4, el Land Cruiser o el Yaris son solo cuatro ejemplos de una amplia gama de automóviles.
La otra parte del éxito se debe al desarrollo de sus motores híbridos. Durante los últimos 20 años ha vendido millones de modelos propulsados por ellos. La inversión en esta tecnología ha dado sus frutos y ha permitido a la marca situarse por delante de sus rivales, haciendo rentables todos sus vehículos y reduciendo las emisiones de su flota.
El futuro de Toyota
Sin embargo, a pesar de este éxito y de la imagen positiva que ofrece Toyota y su tecnología híbrida, existen una serie de factores externos que están obligando a la firma a dar el siguiente paso. Y para ello tiene que tomar una complicada decisión: mantener el desarrollo de su tecnología híbrida o dar el salto a los vehículos 100% eléctricos.
Si en la primera opción el fabricante se mueve como pez en el agua, la segunda es algo desconocida para él. El hecho de haber apostado por su tecnología híbrida durante los últimos años, ha provocado que los recursos económicos disponibles para los eléctricos hayan sido inferiores.
De hecho, Toyota decidió 'saltarse' la primera generación, que tan solo era capaz de circular por la ciudad, debido a su baja autonomía. Su incorporación a la lista de fabricantes de vehículos eléctricos es muy reciente, de manera que, si Toyota es el mayor fabricante de híbridos puros, es, en cambio, uno de los más pequeños en lo que a vehículos eléctricos se refiere.
Si bien su tecnología híbrida ha logrado un impacto positivo en la reducción de emisiones, con ella nunca logrará reducirlas a cero a nivel local. Ante la exigencia de las normativas de emisiones, cada vez más estrictas, la mecánica híbrida de Toyota, basada en un motor de combustión interna con un pequeño apoyo eléctrico, no será suficiente. En los últimos 10 años se ha mostrado como la solución ideal, pero, ahora, ya no lo es. ¿Qué hará Toyota? ¿Seguirá apostando por una solución interesante, barata y fácil de usar? ¿O abandonará por completo los híbridos en favor de las soluciones eléctricas?
Las últimas declaraciones, de Akio Toyoda, CEO de Toyota, inducen a pensar que el fabricante está todavía deshojando la margarita y que, por ahora, no ve claro que el eléctrico se vaya a imponer en la próxima década. Si bien no menciona problemas con la tecnología, sí habla del precio y del desarrollo de la infraestructura como los cuellos de botella más importantes.
Esto no quiere decir que su baza vaya a continuar siendo la misma tecnología híbrida que ha ofrecido hasta ahora. Toyoda abre la puerta a otras opciones como los combustibles sintéticos o el hidrógeno. Las alternativas de propulsión serán protagonistas en los próximos años y Toyota parece no querer perder el tren en ninguna de ellas.
La estrategia eléctrica actual
Hace un año, Toyota anunció una inversión de 35.000 millones de dólares hasta 2030 para lanzar 30 modelos 100% eléctricos, además de transformar Lexus en una marca exclusivamente eléctrica. Sin embargo, este año los resultados no han sido los esperados para alcanzar el objetivo de ventas: 3,5 millones de vehículos basados en la plataforma eléctrica e-TNGA antes de concluir el 2030.
Ahora, Toyota evalúa la idoneidad del uso de una plataforma derivada de la de combustión o desarrollar una exclusiva para los eléctricos. Hasta que se tome la decisión y se encuentre la mejor solución, se han paralizado todos los desarrollos. Los japoneses se han dado de plazo unos meses para tomar una determinación, que no puede pasar por paralizar la actividad durante mucho tiempo, lo que hace pensar en que habrá un nuevo planteamiento.