Si bien es cierto que Mazda se está tomando un tiempo mayor al de cualquier otro fabricante para electrificar su gama con coches eléctricos competentes, cada paso que da, es en firme. Actualmente Mazda tiene a la venta un coche eléctrico, un híbrido convencional y un híbrido enchufable, y de todos ellos es el último el que mayor distancia marca con respecto a la competencia.
Además, es un modelo con el que además Mazda se ha encargado de certificar que está entrando poco a poco en el segmento de los fabricantes premium, y con cuyo posicionamiento ha acertado de lleno en el mercado. Se trata del Mazda CX-60, un SUV híbrido enchufable que sin duda no es asequible para la mayoría del público, pero que cuesta 20.000 euros menos que los modelos a los que apunta, mientras que mejora en todo con respecto a los que por tamaño le hacen frente, principalmente los Nissan X-Trail y Toyota RAV4.
El Mazda CX-60 en su versión híbrida enchufable y línea Prime Line parte en España desde 52.115 euros, lo que supone una más que significativa rebaja con respecto a otros modelos de similar calidad y tamaño, los SUV premium del segmento D.
Por tamaño, prestaciones y calidad de su habitáculo, el CX-60 no se puede comparar con otros japoneses como el Nissan X-Trail (del que recientemente hablábamos, aunque no tiene versión enchufable) o el Toyota RAV4, sino que hay que dar un salto en cuanto a precio para encontrar modelos que le puedan hacer frente en todos los apartados, como el Mercedes-Benz GLC y el BMW X3, ambos con versiones híbridas enchufables que parten desde 74.925 y 66.880 euros, respectivamente. Otro modelo similar a los alemanes es el Volvo XC60 Recharge, cuyo precio parte en unos 70.000 euros.
El aspecto del precio, además, se ve complementado por un diseño que reboza cultura japonesa por todos lados, tanto en su interior como en su exterior, y una autonomía eléctrica de más de 60 kilómetros, lo que le otorga de manera directa la etiqueta Cero de la DGT.
Esto es gracias a un esquema híbrido compuesto por un motor de gasolina de cuatro cilindros y dos litros de capacidad, que rinde 192 CV, y a un motor eléctrico que apostado en en el eje trasero ofrece 175 CV (129 kW). En total, la potencia máxima que logra el conjunto es de 328 CV, complementados por un contundente par motor de 500 Nm.
La batería que alimenta el motor eléctrico tiene una capacidad de 17,8 kWh, que es un buen dato, pero se aleja de la del Mercedes GLC 300e, que llega a 31,1 kWh y por ello homologa 130 kilómetros de autonomía eléctrica, que es más del doble de los 63 kilómetros que homologa el CX-60.
En términos de equipamiento, el modelo japonés no se antoja mal dotado en la especificación más modesta, pues ya muestra elementos como llantas de aleación de 18 pulgadas, alarma antirrobo, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, control de ángulo muerto con detector de tráfico trasero, función de ayuda al salir del habitáculo, cuadro de mandos digital avanzado de 12,3 pulgadas, faros LED con lavafaros, Navegador Rejilla de la parrilla delantera con diseño tipo panel de abeja en negro y molduras inferiores en negro Retrovisores exteriores eléctricos, auto-plegables y calefactados Sensor de parking trasero Sistema Mazda Connect, HMI Commander, y 8 altavoces.