Los híbridos enchufables están en medio de una campaña de desprestigio. Aunque cada vez ofrecen mejores autonomías eléctricas y consumos más bajos, el público y las autoridades claman contra ellos por no resultar tan beneficiosos para el medio ambiente. El Ministerio de Economía de Alemania quiere eliminar los incentivos a los PHEV, y de paso, ir recortando las ayudas a los coches eléctricos hasta eliminar cualquier aportación estatal.
Tal y como recogen fuentes de Bloomberg, el Gobierno alemán busca reducir los incentivos para los coches enchufables. Una estrategia que va en contra de la que muchos fabricantes están tomando. Marcas como Volkswagen, Mercedes o Audi han declarado su amor por lo eléctrico, y para que sus planes salgan tal y como están escritos necesitan la colaboración de las autoridades para mejorar la penetración del coche eléctrico o híbrido enchufable.
Sin embargo, el Ministerio de Economía considera que los híbridos enchufables ya son completamente comerciales y que no necesitan estímulos para su compra. La idea que baraja es la del cese total de subvenciones al acabar el 2022. Es decir, que si quieres comprarte un híbrido enchufable el año que viene no tendrías ningún estímulo por parte de las autoridades. Además de eso, también se busca reducir paulatinamente los incentivos a la compra de vehículos eléctricos hasta su total desaparición entre 2024 y 2025.
Actualmente, el Gobierno alemán te recompensa con 6.000 euros por la compra de un coche eléctrico. Si finalmente los planes llegan a concretarse, el estímulo se recortaría a 4.000 euros en 2023, a 3.000 en 2024 y, finalmente, a nada a partir de 2025. Por supuesto esto podría acompañarse de una mayor dificultad para acogerse a dichos programas de ayuda, incrementando, por ejemplo, el límite presupuestario por unidad matriculada.
La VDA, el grupo de presión de la industria automotriz se ha declarado totalmente contraria a esta posibilidad. Los fabricantes creen necesario que los clientes puedan tener alguna recompensa para pasarse a la movilidad eléctrica, aunque el Ministerio de Economía justifica su posible decisión en un esfuerzo para afinar más el tiro en la protección del clima. Si reducir las emisiones de transporte no es proteger el clima, no sabemos qué lo será.
¿Y en España?
Hay que tener en cuenta que Alemania es uno de los países de la Unión Europea donde la movilidad eléctrica tiene un mayor grado de penetración. En España es difícil pensar que se acometerán tales medidas radicales. La cuota de mercado de coches eléctricos crece cada mes, pero eliminar las ayudas, aunque estas sean lentas y escasas, no beneficiará a uno de los parques automovilísticos más envejecidos de Europa. Los conductores españoles necesitan esa ayuda, aunque como reza el dicho: Si las barbas de tu vecino ves asomar, pon las tuyas a remojar.
Está claro que las ayudas a la compra no perdurarán para siempre, ni tampoco los beneficios de ahorro que ahora acompañan a los coches altamente electrificados. Sin embargo, España está a la cola en la implantación del coche eléctrico, y no parece que a medio o corto plazo la situación se vaya a revertir. Los españoles necesitan abaratar las operaciones de compra, y para eso es necesaria la colaboración del ente público. Eliminar o reducir las ayudas en este momento sería un golpe devastador para un mercado todavía incipiente.