En la industria de la automoción, ha habido varios ejemplos de intentos de inclusión de reactores nucleares. Se trata de una tecnología que aún no ha encontrado su lugar en la industria de la movilidad, por lo que no se ha podido fabricar un modelo que reúna los requisitos para ser seguro. Uno de los últimos casos relacionados con esta tecnología fue el Cadillac World Thorium Fuel (WTF), un prototipo que fue creado por un aficionado a la marca estadounidense, el cual introdujo toda una serie de elementos que llaman la atención por lo disruptivo que lo hacía.
El Cadillac WTF fue un coche con combustible radiactivo que se quedó en prototipo
Los denominados concept cars sirven, en muchos casos, para saber hacia qué sentido se dirige una marca determinada en la automoción. En ocasiones, usuarios particulares también hacen sus propias creaciones, llamando la atención del sector por lo disparatadas que son. El Cadillac WTF cumple con todos los requisitos para ser recordado durante años, ya que dispone de unas características que lo convierten en el único en su especie. Presentado por primera vez en 2009, se trató de un tributo del diseñador Kulesus Loren por los cien años de historia de la marca.
En términos de diseño, el elemento que centra el análisis de este modelo es la increíble parrilla que posee para disipar el calor que se genera en el interior. Aun así, cabe destacar que bajo la carrocería no se esconde un clásico motor V8 de origen americano, sino más bien un bloque motor que funciona con torio, un material que puede ser utilizado como combustible radiactivo a través de un proceso químico. Esta tecnología sirve para generar electricidad para alimentar a los motores eléctricos que posee por doquier.
Estos están acoplados directamente en las ruedas, una solución que ha podido verse años más tarde tras el crecimiento de la industria de los coches eléctricos. Aunque parezca mentira, este prototipo dispone de un total de 24 ruedas, acoplándose seis de ellas en el hueco en el que, tradicionalmente, debería haber cada una de las cuatro. De esta forma, se mejora la gestión de la potencia y se consigue una mayor eficiencia en el consumo.
De acuerdo con las declaraciones del autor para Coroflot, se trata de un vehículo que está especialmente pensado para ser útil durante cien años. Lamentablemente, su producción nunca estuvo encima de la mesa, por lo que no se podrá probar jamás esta afirmación. Sea como fuere, se trató de uno de los bólidos más disruptivos de la era previa al desarrollo de los automóviles eléctricos, saga que comenzó con el Nissan LEAF como principal valedor.