Honda e Isuzu han firmado un acuerdo de colaboración para desarrollar una serie de camiones impulsados por pila de combustible de hidrógeno con la intención de que lleguen al mercado lo antes posible. Esta es la primera vez que Honda ofrece su tecnología a un fabricante externo para su implementación en vehículos comerciales, lo que abre la puerta para que se plantee esta como una nueva línea de negocio
Los fabricantes japoneses han sido desde siempre los más proclives a considerar la tecnología de la pila de combustible de hidrógeno como la más adecuada para aplicaciones comerciales, que precisan vehículos más pesados y más contaminantes que los particulares. Según informa la web Asian Nikkei, en el acuerdo al que han llegado las dos empresas japonesas, Honda se compromete a proporcionar a Isuzu acceso a su tecnología de celdas de combustible de hidrógeno, lo que supone un cambio en su estrategia, que hasta ahora se basaba en el desarrollo para uso interno. El resultado ha sido aplicado en el Honda Clarity FCEV.
La intención de ambas compañías es llevar estos camiones al mercado lo más rápido posible, lo que servirá a Honda para valorar la comercialización de su pila de combustible a otros fabricantes y desarrollarla para otros sectores, como es el caso del naval.
La tecnología del hidrógeno y el transporte
Los vehículos impulsados por hidrógeno cuentan con las ventajas de ser tan ecológicos durante su uso como los movidos por baterías, ya que solo emiten agua, permitiendo autonomías tan grandes como los de combustión y tiempos de recarga también similares. Sin embargo, su adopción se ha visto obstaculizada por la complicada infraestructura de reabastecimiento de hidrógeno y también por el avance tecnológico de las baterías, que ofrecen cada vez mayores capacidades, mayor velocidad de recarga y precios más asequibles, con lo que le están comiendo el terreno a las ventajas que aporta el hidrógeno.
Esto es así en el caso de los automóviles, pero se complica en el caso de los vehículos comerciales más pesados, que necesitan baterías más grandes y pesadas y por lo tanto más tiempo para cagarlas. Esta dificultad juega en contra de la operatividad de estos vehículos que deben estar disponibles muchas horas a lo largo del día dificultando que puedan recargarse en sus tiempos de parada. Para eso, el hidrógeno se ofrece como una solución que podría contrarrestar su problema de infraestructura aprovechando que estos vehículos suelen viajar por rutas fijas.
Un sistema completo de celdas de combustible consiste en una pila, un tanque capaz de almacenar hidrógeno a alta presión (hasta 750 bar) y una pequeña batería de iones de litio que actúa como un buffer energético. Esta no debe ser necesariamente de mucha capacidad, pero sí muy potente, para responder rápidamente a los requerimientos de potencia del motor o motores eléctricos y que se capaz de almacenar rápidamente la energía de las frenadas y las desaceleraciones.
Los sistemas de hidrógeno más habituales utilizan una membrana de intercambio de polímero fino (PEM) intercalada entre un cátodo de platino y un ánodo además de dos placas por las que fluye el hidrógeno. Este se introduce a través de las placas de flujo, en el lado del ánodo, mientras que el aire, como fuente de oxígeno, se bombea a través del lado del cátodo. Los protones de hidrógeno son atraídos a través de la membrana hacia el oxígeno, produciendo agua, y dejando atrás los electrones de hidrógeno que crean una corriente eléctrica que se extrae a un circuito externo.
La experiencia de Honda
La experiencia de Honda se basa sobre todo en el desarrollo del Honda Clarity FCEV, disponible en los concesionarios de Estados Unidos y algunos países europeos. Su motor eléctrico ofrece una potencia de 174 CV y un par motor de 300 Nm, movido por la electricidad que produce una pila de combustible de 103 kW de potencia. En cuanto a su autonomía, cada llenado de su tanque de hidrógeno supone aproximadamente 590 kilómetros.