Hyundai la decidido paralizar el desarrollo del proyecto del vehículo eléctrico alimentado por pila de combustible de su marca premium Genesis. Por ahora, y según la información del medio coreano Chosun.com, la decisión no es eliminarlo de su cartera de I+D, sino que se trata de una pausa indefinida para evaluar la situación y tomar las decisiones pertinentes. La lenta evolución del sector de en cuanto a ventas, costes e infraestructura de recarga son los motivos por los que Hyundai parece haber decidido no seguir avanzando con él.
Junto a Toyota, Hyundai ha sido siempre un férreo defensor de la tecnología de la pila de combustible de hidrógeno. Ya en 2016 apuntaba a que los vehículos eléctricos alimentados por baterías electroquímicas eran una solución provisional "hasta que los vehículos de hidrógeno se conviertan en la opción más lógica para el transporte".
En septiembre de este año, Hyundai desvelaba su estrategia para la pila de combustible de hidrógeno. Su objetivo era lograr una penetración significativa en los mercados más importantes en 2040 tanto con vehículos de pasajeros como con vehículos comerciales. El camino para alcanzarlo pasaba por el desarrollo de la tercera generación de su celda de combustible de hidrógeno, que se apoya en la actual, la segunda que es la que monta el Hyundai Nexo FCEV. El fabricante afirmaba que había sido capaz de reducir el tren motriz en un 30 % y aumentar su durabilidad y rendimiento.
El Hyundai Nexo FCEV es un modelo no derivado de un vehículo de combustión, un movimiento que insinuaba claramente el compromiso de Hyundai con el hidrógeno.
Esta nueva generación de la tecnología estaría lista para instalarse en los primeros vehículos en 2023. El desarrollo del ecosistema y la economía de escala en la producción permitirían que todos los vehículos comerciales implementaran esta tecnología en 2028 y sus precios serían competitivos con los eléctricos de batería en 2030. En paralelo, su marca premium, Genesis, anunció que abandonaría los motores de combustión interna en 2025.
Desde entonces, una auditoría interna ha mostrado que Hyundai no ha alcanzado ninguno de los objetivos planteados para esta tecnología. La producción de sistemas es inferior a la prevista, respondiendo a una demanda que se ha quedado estancada. El coste de producción no ha caído como se esperaba y la infraestructura de reabastecimiento que se está construyendo es escasa y no responde a las expectativas del grupo coreano. Además, los precios del hidrógeno tampoco han experimentado un descenso significativo.
Hyundai lleva actualmente cubierto un año de los cuatro que tenía previstos para el desarrollo de un modelo eléctrico movido por pila de combustible de hidrógeno que se iba a comercializar bajo la marca Genesis en 2025. Ante el escenario que se plantea actualmente para esta tecnología, la marca coreana ha decidido pausar de manera indefinida este proyecto.
Por ahora, este es el único de los desarrollo que se ha paralizado e Hyundai no ha anunciado que tenga intención de suspender otros proyectos que tiene en su cartera. Lo más probable es que los vehículos comerciales que se basan en esta tecnología sigan adelante, mientras que aquellos que están destinados al transporte particular, como es el caso del de Genesis, queden aparcados por ahora.
El primer vehículo de producción de Hyundai con esta tecnología fue el Santa Fe FCEV de 2001, que fue reemplazado por el Tucson FCEV en 2005. Posteriormente fue presentado el ix35 FCEV en 2012 hasta llegar al actual Nexo, que salió a la venta en 2018, que, por primera vez, es un modelo no derivado de uno de combustión como en los anteriores casos, un movimiento que insinuaba claramente el compromiso de Hyundai con el hidrógeno.
Los proyectos comerciales relacionados con el transporte pesado, como es el caso del el HDC-6 NEPTUNE, seguirán adelante.
La pila de combustible de hidrógeno tiene complicado encontrar su hueco en los vehículos eléctricos de los canales particulares. Los coches eléctricos alimentados por baterías están mejorando en cada generación y las baterías, a pesar de las circunstancias actuales, continúan bajando de precio. El hidrógeno plantea varios interrogantes tecnológicos relacionados con la eficiencia energética en la generación de hidrógeno y con la escasa y compleja red de abastecimiento. Se trata por lo tanto de una tecnología que aporta poco beneficios sobre las baterías incluso en los mejores escenarios teóricos.
Sin embargo en los vehículos comerciales de transporte mediano y pesado su aplicación puede ser más adecuada, puesto que la capacidad y la autonomía de las baterías tienen una limitación que puede no permitirles ser viables en este tipo de aplicaciones. La alta densidad energética del hidrógeno puede ofrecer múltiples beneficios en camiones pesados de largo recorrido e incluso en barcos y aviones en comparación con los combustibles fósiles.