Hyundai ha sido uno de los últimos en desvelar una de esas soluciones que pasan totalmente desapercibidas con las que cada diseñador y fabricante intentan hacer que cada coche eléctrico lanzado sea más eficiente que el anterior y el de sus rivales. Es el Ioniq 5 el que goza de una de esas casi inapreciables soluciones. Un coche eléctrico de última generación que además ha pasado recientemente por nuestras manos.
El gran reto de los fabricantes de coches eléctricos en estas primeras etapas del cambio que está experimentando la industria es extraer tantos kilómetros de recorrido como sea posible de una carga completa. Y es que, al igual que la seguridad fue el gran reto al que se enfrentó la industria en los primeros compases de este siglo, la eficiencia es ahora la tendencia total.
Es cierto que se están empezando a alcanzar autonomías superiores a la que cualquier usuario medio necesita, pero esto es gracias a que cada fabricante recurre a soluciones y detalles en ocasiones casi inapreciables con el fin de hacer cada nuevo modelo más eficiente que el anterior.
Ioniq 5.
Cuando nos pusimos a los mandos del Ioniq 5 constatamos que Hyundai no ha dejado ningún aspecto sin cuidar. Todo ha sido pensado y diseñado con un fin, a fin de cuentas es el primer coche eléctrico de su gama Ioniq y ha de estar a la altura, pues con ella pretenden hacer frente a la mismísima Tesla, además de postularse como un fabricante de corte tecnológico contra las tres grandes prémium de Europa. Anteriormente ya dimos a conocer varios detalles del Ioniq 5, pero el compendio de soluciones a las que ha recurrido Hyundai parece no acabar.
Como coche eminentemente eficiente, la aerodinámica del Ioniq 5 ha sido una absoluta prioridad en el proceso del diseño de la carrocería. La firma coreana ha profundizado un poco más en este aspecto, y Autoevolution ha sacado un detalle a la luz que da fe del esmerado y concienzudo trabajo que Hyundai ha llevado a cabo. Y es que Hyundai optó por no dotar al Ioniq 5 de un limpia lunetas trasero para no estropear la aerodinámica del Ioniq 5.
Ioniq 5.
Cuando el aire fluye sobre la carrocería un coche, cualquier alteración o añadido en la superficie interrumpe el flujo y provoca turbulencias, es decir, se separa de la carrocería y crea pequeños remolinos, lo que propicia que el coche no se escurra de manera tan fácil a través del aire. El hecho de que se creen remolinos, además, hace que el polvo, el agua y otros elementos se concentren en esa zona porque el aire no los separa de la carrocería, sino que al arremolinarlos los deposita sobre la misma.
Desde su concepción el Ioniq 5 ha sido diseñado para atender a las necesidades de un coche eléctrico práctico, por esto mismo luce una carrocería de cinco puertas de tipo "hatchback", con el portón trasero achatado. Todos los coches de este tipo suelen equipar un limpia lunetas trasero puesto que la forma de su carrocería propicia, por ejemplo, que se acumule agua en el mismo cuando llueve, un elemento que interrumpe el flujo de aire, y del que tan sólo coches con carrocería de tres volúmenes o algunos coupés, de diseño más fluido, pueden prescindir.
Flujo de aire en la parte alta de la zaga del Ioniq 5.
No obstante Hyundai ha conseguido, trabajando concienzudamente sobre la sección trasera del Ioniq 5, que la suciedad no se acumule sobre la luneta trasera, y así poder prescindir del limpia lunetas. El principal responsable de este logro es el pequeño alerón que corona la zaga del coche, pues goza de aperturas que no sólo ayudan a mejorar el coeficiente aerodinámico del Ioniq 5, sino que también "ayudan a la descontaminación de la luneta trasera", según explica uno de los ingenieros de Hyundai.
De paso, además, le confiere un ligerísimo ahorro de peso, pues se ahorran tanto el cableado del mismo, como el sistema del propio brazo del limpia parabrisas, así como el tanque de agua adicional y los conductos que requiere para limpiar la luneta.
