Volkswagen se verá obligada a pagar 275 millones de euros en concepto de multa por no cumplir la nueva normativa europea de emisiones de la Unión Europea. Una sanción que podría haber sido de 1.000 millones de euros y que se ha visto ampliamente recortada gracias a las ventas del Volkswagen ID.3 en estos últimos meses del año. Su estrategia de electrificación se está materializando con la llegada de la familia eléctrica ID, que aunque este año no ha sido suficiente para compensar las exigencias europeas, sí lo será a partir de 2021. Consciente de que esto iba a ocurrir, el fabricante alemán ha mostrado su plan de eliminación gradual de los modelos de combustión de su gama durante las próximas dos décadas, de manera que en 2040 ya no quede ningún modelo que emplee estos motores, ni siquiera enchufable.
La Comisión Europea establece una sanción equivalente a 95 euros por cada gramo de CO2 que exceda el límite, multiplicado por cada uno de los coches que se vendan entre 2020 y 2021. Según los datos de la consultora JATO, que muestran una bajada en las cifras de emisiones de la mayoría de los fabricantes, en octubre de este año la media de emisiones de la flota del Grupo Volkswagen se situaba en 114,5 gramos de CO2 por kilómetro. En el informe publicado por la ONG Transport & Environment, que refleja que este año algunos fabricantes han logrado librarse de las multas, se deduce que la mayoría sí se verán obligados a pagarlas, a pesar de que todos están tratando de librarse de ellas en años sucesivos. En el caso de Volkswagen, la brecha que calcula que tendrá que cubrir es de 5 gramos de CO2, lo que, según confirmó el propio fabricante supondrá que le obligará a pagar 275 millones de euros.
En este escenario, la compañía ha mostrado sus planes para eliminar completamente de su gama de vehículos todos aquellas versiones movidas por motores de combustión, tal y como se puede ver en la imagen publicada en su Twitter por el analista de The European Electric Car Repor Matthias Schmidt. En ella, además de fijar el año 2040 como el último en el que se fabricarán variantes de combustión, también marca que la producción de estos motores ocurrirá 10 años antes de la fecha límite establecida por los Acuerdos de París, que la situaban en 2050. Este margen le da a Volkswagen 10 años para eliminar de sus campas todo el stock de este tipo de vehículos.
It appears @VWGroup are telling us they are planning on ending ICE production totally (EOP) by 2040 here... pic.twitter.com/du3bHeKLqZ
— Matthias Schmidt (@auto_schmidt) December 9, 2020
Irónicamente el Dieselgate ha sido el desencadenante para que Volkswagen haya acelerado su carrera hacia la electrificación. Desde 2015, y de la mano de Herbert Diess, la compañía se está reformando completamente para transformarse de arriba a abajo en una empresa de servicios de movilidad basada en la electrificación y las nuevas tecnologías de la información.
A pesar de la buena acogida por parte del mercado del Volkswagen ID.3, que en poco tiempo se ha convertido en el coche eléctrico más vendido en el mercado europeo, esta no ha sido suficiente para evitar las sanciones. Sin embargo, sí ha logrado rebajar la multa que, sin él podría haber llegado a ser de hasta 1.000 millones de euros. Es de esperar que para el año que viene sus ventas crezcan de manera significativa, cuando la situación sanitaria se tranquilice, se solucionen algunos de los problemas de su software, la producción se normalice y la infraestructura de recarga empiece a generalizarse. Además, ya no estará solo, puesto que le acompañará el ID.4, un SUV eléctrico que tiene todas las papeletas para venderse incluso más que su hermano menor.
Volkswagen confía tanto en la nueva familia eléctrica ID que asegura que cumplirá plenamente con las restricciones de CO2 desde 2021 hasta 2025. Por eso, la multa que tendrá que sufragar este año, 275 millones de euros, hay que aterrizarla en la realidad: es aproximadamente una cuarta parte de lo que exige el desarrollo de un nuevo modelo.