Los obstáculos que está sufriendo la minería sueca están ralentizando los esfuerzos de la Unión Europea para aumentar la producción de baterías y reducir la dependencia de los fabricantes chinos. Hace dos años, la Unión Europea destacó los vastos recursos mineros de Suecia. El suelo del país escandinavo dispone de aproximadamente la mitad de las 30 materias primas que se consideran fundamentales para cumplir con el objetivo fabricar las baterías para los coches eléctricos en Europa. Sin embargo, las perspectivas de poner en marcha estos proyectos son inciertas debido a un extenso marco de permisos y una ferviente oposición local, según aseguran las empresas mineras.
Obtener los materiales necesarios para la fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos en Europa es uno de los objetivos de la estrategia 'Horizonte Europa' para desarrollar un ecosistema europeo de investigación e innovación de primer orden en materia de baterías vehículos eléctricos y aplicaciones estacionarias. Dentro de ese escenario, obtener la materia prima dentro de la UE aliviaría la dependencia de China en un momento en que los obstáculos en la cadena de suministro y las tensiones geopolíticas impulsan la necesidad de ser autosuficientes.
Si bien Suecia tiene una historia centenaria de extracción de metales y se ubica como el mayor productor de minerales de hierro de Europa, los nuevos proyectos se han visto obstaculizados por las lógicas preocupaciones por el medio ambiente y la invasión del territorio de la población indígena Sami en el norte del país, cuyos derechos de pastoreo de renos son fundamental para su sustento.
"Las minas siempre tienen un gran impacto tanto en el medioambiente como en otras actividades, como la cría de renos y el turismo", explica Jonas Rudberg, portavoz de la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza. Este de grupo ambientalista espera que se pueda satisfacer cierta demanda de materias primas a través de minas que "no entren demasiado en conflicto con otros intereses". También enfatizó la importancia de otras vías para hacer la transición ecológica, como el reciclaje de baterías y la reducción del consumo. "Es un poco irreal imaginar un futuro en el que toda la población mundial conduzca un Tesla: los recursos de la tierra no serán suficientes".
Grafito
En las baterías de iones de litio actuales, el grafito se emplea para formar la arquitectura de los ánodos de las celdas de las baterías creando una estructura sobre la que se depositan los iones de litio. Talga Group lleva más de una década esperado los permisos para explotar una mina de grafito en Suecia que podría suministrar suficiente material para alimentar dos millones de coches eléctricos al año. Después de algunos signos de progreso en las gestiones, la compañía australiana ha regresado al limbo administrativo en Nunasvaara Sur después de que se pospusiera hasta febrero la fecha para otorgarle el permiso ambiental. Este lento progreso mantiene el proyecto en su etapa de prospección desde 2011.
"El problema básico que tenemos es que existe este tiempo de procesamiento ilimitado", explica Martin Phillips, director de operaciones de Talga, que asegura que el grafito de su mina y su refinería, que funcionan con energías renovables, harían que el ánodo de las baterías de los vehículos eléctricos sean los más ecológicos del mundo. "Esta situación crea un desafío para que sigamos financiando nuestra empresa mientras esperamos que las autoridades suecas tomen una decisión".
Tierras raras
Las llamadas tierras raras son un conjunto de 17 minerales (disprosio, gadolinio o neodimio entre otros) imprescindibles no sólo para la industria automovilística sino también para la militar, la informática, la telefonía móvil o las energías alternativas. Las tierras raras están presentes en las baterías y en los imanes permanentes de los motores de los vehículos eléctricos.
En Norra Kärr, al sur de Suecia se encuentra el que está considerado como el depósito más prometedor minerales de tierras raras de Europa. Allí, la lucha por su extracción se ha extendido por más de una década. Los lugareños temen que esta mina no solo puede destruir las granjas y los bosques circundantes, sino que también contaminará el cercano lago Vättern, la fuente que abastece de agua potable a 300.000 personas.
Las sociedades medioambientales esgrimen la existencia de precedentes de este tipo de accidentes. En 2012, las fugas de un estanque de relaves en la mina de níquel Talvivaara, en la vecina Finlandia, derramaron niveles tóxicos de metales y uranio en lagos y ríos cercanos en el que se considera uno de los peores desastres ambientales del país.
Los ejecutivos de la industria aseguran que estas preocupaciones locales obstaculizan cambios tecnológicos más amplios que precisamente ayudarían a mejorar el medioambiente y combatirían el cambio climático. "Es un estándar doble", explica Roberto García Martínez, director ejecutivo de Eurobattery Minerals, una empresa de exploración que busca desarrollar minas de minerales sostenibles y éticas en la Unión Europea. "Todos queremos conducir coches eléctricos, pero no queremos tener una mina en nuestro patio trasero: esa mentalidad debe cambiar".
Nota: "Tierras raras" es una traducción confusa del término inglés 'rare earth metals', ya que las materias a las que hace referencia no son ni tierras (son minerales) ni raras (no son especialmente escasas, pero se encuentran en pequeños depósitos y mezcladas con otros elementos).
El caso de la sueca Northvolt
El lento progreso de Suecia hacia una base minera capaz de impulsar la transición eléctrica contrasta con la velocidad con la que el fabricante de celdas de batería Northvolt estableció una cadena de suministro independiente. La empresa sueca, que obtiene el grafito de China, ha fomentado el desarrollo de minas nacionales al mismo tiempo que financia la investigación de tecnologías alternativas de baterías.
A medida que despegan las ventas de vehículos eléctricos, la Comisión Europea estima que la demanda de litio, un ingrediente crucial en las baterías, aumentará hasta 18 veces a finales de la década mientras que el uso de cobalto aumentará unas cinco veces.
Las soluciones políticas
El Ministerio de Economía de Suecia está investigando cómo optimizar el proceso de obtención de permisos para garantizar un suministro sostenible de materias primas "críticas para la innovación". Este trabajo ha buscado la aportación de los expertos de la industria y de los expertos ambientales y espera poder ofrecer resultados para octubre de este año.
Erika Ingvald del Servicio Geológico de Suecia, una de las expertas consultadas, espera que este trabajo conduzca a un proceso más simple. En cuanto a las minas que esperan una decisión, dijo que no está segura de cuándo pueden esperar avances. "Es como jugar a la lotería", dijo. "Es casi imposible de decir".
"El proceso ahuyenta a posibles inversores de las minas suecas, ya que el futuro es muy incierto ya que no se puede garantizar si se obtendrá un permiso incluso si se está haciendo todo bien", asegura Maria Suner, directora ejecutiva de la Asociación Sueca para Productores de Minas, Minerales y Metales.