La industria del automóvil no solo está sufriendo la revolución de la electrificación con cambios tecnológicos y sociales muy importantes. La desaparición del motor de combustión será un hecho en los próximos años. Cambiará la manera de propulsar los vehículos y cambiará la manera de conducirlos y poseerlos. Pero algo más está cambiando. Nuevos actores se unen a la industria entre los que se encuentran una gran cantidad de fabricantes chinos, algunos de los cuales han decidido ampliar su mercado hacia Europa y Estados Unidos. ¿Deben preocuparse los fabricantes por esta nueva competencia?
Bruno Le Maire, ministro de Economía francés, planteó esta semana la idea de ofrecer un bono económico para favorecer la venta de coches eléctricos producidos en Europa. Una propuesta que podría responder al anuncio realizado por la administración de Estados Unidos de conceder ayudas a los coches producidos en su territorio, pero que también tiene su motivación en la competencia que llega de China.
China comienza a tener un peso muy importante en las ventas de coches eléctricos en el Viejo Continente. Según los datos de Jato Dynamics, desde principios de año y hasta el mes de agosto el 19 % de los vehículos eléctricos matriculados en Europa se fabricaron en China. El gigante asiático ya le pisa a los talones a Alemania, que representa el 22 % de esta cuota. Sin embargo, en términos de volumen, en el mes de agosto, el incremento de las ventas de coches eléctricos producidos en el país teutón fue de un 17 %. El de China fue de un 78 %.
Analizando más detenidamente estos datos se observa que de estas ventas de agosto, “solo” el 18 % de las ventas fueron realizadas por marcas chinas. Esta es quizás una prueba de que (por ahora) la invasión de los fabricantes chinos no se ha producido todavía, aunque si está en su objetivo hacerlo gracias a los coches eléctricos y es una “amenaza” que no desaparecerá.
El Salón del Automóvil de París será unas muestra de ello. BYD exhibirá los tres modelos que venderá en Europa y MG ha tomado la delantera y apuesta fuerte en el segmento de los compactos con el MG4, que compite en precios incluso con coches eléctricos más pequeños que él. Por otra parte, NIO y Xpeng también está apostando fuerte por el mercado europeo por ahora con vehículos de alta gama, aunque su intención es establecerse en primer lugar en segmentos elevados para luego poder conquistar el mercado de masas.
Por ahora, la mayoría de los coches eléctricos que se venden con el sello de “hecho en China” son los fabricados por marcas como Tesla que, según los datos de Jato, representa la mitad de las importaciones europeas que se realizan desde allí. Otro modelo que también impulsa estas cifras de ventas de vehículos chinos es el Dacia Spring, que se fabrica allí para todo el mundo y del que se ordenaron 30.000 unidades durante la primera mitad de 2022.