Con 100 millones de vehículos eléctricos circulando por el mundo en 2030, la infraestructura de recarga supondrá durante esta década una gran oportunidad de negocio para pequeños inversores y grandes empresas. El estudio de mercado realizado por IDTechEx revela que el valor de este mercado alcanzará los 40.000 millones de dólares en estos 10 años. La infraestructura de recarga dedicada a los vehículos eléctricos de flota, como los camiones y los autobuses, que solo representará un 5% del total, supondrá un 30% del volumen de este mercado.
Los fabricantes han alcanzado una autonomía en sus vehículos eléctricos que elimina por completo la famosa ansiedad de sus propietarios de no poder alcanzar su objetivo por falta de energía. Pero por muchos kilómetros que un vehículo eléctrico pueda recorrer y por muy grande que sea su batería, la disponibilidad de una infraestructura de carga rápida es un factor clave para garantizar una correcta experiencia de conducción. En conclusión, el despliegue de la red de recarga es esencial para la adopción definitiva de los vehículos eléctricos por parte del mercado y para un desarrollo sostenible de una nueva industria del automóvil.
Para dimensionar estas infraestructuras de forma correcta, la consultora de mercado IDTechEx ha calculado el número de vehículos eléctricos que circularán a finales de esta década entre automóviles de pasajeros, autobuses, camiones y furgonetas. En total, serán más de habrá más de 100 millones de unidades. De ellos, los vehículos particulares (turismo, SUV) representan el grupo más voluminoso, pero las flotas de vehículos comerciales eléctricos como autobuses, camiones y furgonetas crecerán rápidamente hasta 2030.
En su informe "Infraestructura de carga para vehículos eléctricos 2020-2030", IDTEchEx calcula que el valor del mercado de la infraestructura de recarga alcanzará los 40.000 millones de dólares (más de 36.000 millones de euros) en 2030, lo que supone un crecimiento de un 24% en tan solo una década.
Evolucion infraestructura de recarga IDTechEx.
En comparación, son precisamente los vehículos comerciales, más pesados y con baterías más voluminosas, que recorren mayor cantidad de kilómetros, los que mayor necesidad de recarga tienen. Por lo tanto requieren una infraestructura de carga muy diferente a la de los automóviles de pasajeros. Esto abre una gran oportunidad de negocio para desarrollar una infraestructura de recarga especialmente dedicada para autobuses y camiones eléctricos. Según IDTechEx, aunque estas instalaciones representan menos del 5% de la infraestructura total, su volumen de mercado constituye más del 30% del total de la industria de recarga.
La infraestructura de recarga pública requiere una inversión muy superior a la que se necesita en las instalaciones privadas, tanto vinculadas como de oportunidad. En la situación actual, con un mercado creciente pero todavía escaso de vehículos eléctricos, el retorno de la inversión es lento y la consecución de beneficios debe considerarse a más largo plazo.
A finales de 2019 circulaban por las carreteras de todo el mundo aproximadamente 7,5 millones de vehículos enchufables. Con una cuota de mercado de solo el 2% a nivel mundial esta tecnología está en disposición para tomar la delantera como la más demandada para el transporte por carretera: las normativas de emisiones, las prohibiciones a los vehículos de combustión para acceder al centro de las ciudades y una cada vez mayor madurez técnica, están acelerando el mercado.
Las grandes compañías petroleras como Shell, BP o Repsol han sido proactivas durante los últimos años para asegurarse su participación futura en este mercado. Sin embargo, también pequeñas empresas, que han logrado interesar a inversores que ven en este sector una oportunidad de negocio evidente para el futuro, están haciéndose un hueco en un mercado que todavía está por repartir.