Ni en Europa ni en Estados Unidos ha calado la idea de un sistema de intercambio de baterías que permita a los vehículos eléctricos recuperar toda su autonomía en unos minutos. Sin embargo, lo que no ha funcionado en occidente parece que sí funciona en oriente y más concretamente en China. El proyecto piloto puesto en marcha allí por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información tiene la intención de establecer un entorno favorable a este sistema para que sea completamente operativo en su país.
Experiencias pasadas
En occidente, todas las iniciativas que intentaban poner en marcha un sistema han fracasado rotundamente. Considerar el intercambio de baterías como una opción añadida a la red de recarga ha ido perdiendo adeptos por diferentes causas.
El sistema Better Place de Renault, lanzado en 2012, combinaba el alquiler de baterías y el intercambio, aunque probablemente se adelantó a su tiempo. El proyecto estaba unido al Fluence EV, un vehículo de grandes dimensiones con la batería ocupando buena parte del maletero y con poca autonomía, lo que le convertía en un coche urbano incómodo de manejar. Por otro lado la infraestructura robotizada era compleja y cara. La plataforma robótica Quick Drop retiraba el paquete de baterías descargado y lo reemplazaba por uno lleno en tan solo unos minutos.
Better Place fue el proyecto de intercambio de baterías de Renault.
La aceptación fue nula por parte de los clientes, llevando a la empresa a la bancarrota. Este resultado fue interpretado, quizás demasiado rápidamente por muchos observadores externos, como la clásica expresión de "un callejón sin salida": el intercambio de baterías de vehículos eléctricos es posible sobre el papel pero no en la realidad.
Tesla hizo una prueba de campo con un sistema similar y comprobó que no era un interesante para sus clientes, sobre todo teniendo detrás su amplia red de Supercargadores, en ese momento gratuita. El intercambio de batería obligaba además al pago de una tarifa y no solventaba el problema de la propiedad, ya que en el caso de Tesla no hay posibilidad de alquilarla.
Los obstáculos para una idea aparentemente lógica
El escenario en el que se dibuja que un vehículo eléctrico, sea del tamaño que sea, recupere toda su energía en el mismo tiempo que se tarda en llenar un tanque de combustible requiere mucha voluntad para superar obstáculos muy importantes.
El primero de ellos es la gran diversidad de packs de baterías que equipan los vehículos eléctricos. Con el cambio de baterías, es necesario avanzar hacia la estandarización. Algo que, por ejemplo, sí está ocurriendo con el conector de carga en corriente continua Combo CCS que poco a poco está desplazando al CHAdeMO y al sistema de carga en corriente alterna trifásica a 43 kW.
La estandarización de los paquetes de baterías y su modularidad es básica para que el sistema de intercambio de baterías sea viable en situaciones reales. En la imagen, estación de batería de la startup americana Ample.
Actualmente, en China existen alrededor de diez estándares diferentes en el ecosistema de intercambio de baterías. De ahí la urgente necesidad de simplificar en la que están trabajando las autoridades del país que aboga por adoptar paquetes estandarizados y baterías modulares, y también en trabajar para mejorar la vida útil de las celdas. En Estados Unidos, la startup Ample trabaja en esta dirección en un proyecto piloto enfocado en su empleo en diversas flotas que trabajan en el Área de la Bahía de San Francisco, en California.
El proyecto piloto en China
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China (MIIT) ha confeccionado un proyecto piloto que está planificado desde 2021 hasta 2035 y tiene como objetivo ampliar el intercambio de baterías para vehículos eléctricos. Un escenario en el que Nio ya está muy comprometido, y tiene la intención de aplicarlo a Europa. El fabricante chino apuesta por esta tecnología con un sistema de intercambio similar al de Renault. Sus estaciones pueden reemplazar de forma autónoma la batería en aproximadamente tres minutos y se combina con un sistema de alquiler de baterías que reduce el precio de los vehículos. Más recientemente, el grupo chino Geely anunció su intención de desplegar una red de 5.000 estaciones de intercambio de baterías que en 2025 contará con un total de 5.000 estaciones.
Nio es uno de los fabricantes de coches eléctricos que más fuerte apuesta por el intercambio de baterías. Un sistema que está funcionando en China y que actualmente ya se está exportando a Europa.
El programa piloto se realiza en 11 ciudades y añade una novedad a este sistema y es que también se aplicará a los vehículos eléctricos pesados. Yibin, Tangshan y Baotou son las tres ciudades que se centrarán en el intercambio de paquetes de baterías de camiones eléctricos. Las otras ocho, Beijing, Nanjing, Wuhan, Sanya, Chongqing, Changchun, Hefei y Jinan, se dedicarán a las estaciones de intercambio de vehículos ligeros tanto comerciales como turismos. La lista de ciudades podría complementarse posteriormente con otras que de momento se han quedado fuera pero que también han manifestado su interés por esta tecnología.
El plan nacional prevé la instalación de más de 1.000 nuevas estaciones de intercambio en diferentes carreteras que se verán acompañadas con la puesta en circulación de, al menos, 100.000 vehículos eléctricos compatibles con el sistema. A día de hoy, ya existen 900 de estas infraestructuras en China, que son visitadas por 150.000 vehículos de 200 modelos diferentes.
Beneficios para el futuro
Según el ministerio, esta tecnología ayudaría a facilitar la adopción de vehículos eléctricos. En primer lugar porque moderará significativamente el precio de los vehículos, que no incluirán la batería. Además, reducirá la espera para recuperar la autonomía a tiempos similares a los que se tarda en rellenar un tanque de combustible, que es a lo que están acostumbrados los conductores. Esta percepción eliminará uno de los hándicaps que obstaculizan la decisión de compra favorable a un coche eléctrico. Por último, las autoridades chinas están aseguran que este sistema es más seguro que la recarga mediante conexión a la red.
El proyecto piloto del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China (MIIT) incluye tanto vehículos eléctricos ligeros como pesados y se implementará inicialmente en 11 ciudades chinas.
En su programa, el MIIT establece tres puntos clave para el establecimiento de un entorno favorable al desarrollo del intercambio de baterías. El primer paso es fortalecer la organización y coordinación del trabajo. A continuación, se deben realizar los esfuerzos necesarios para establecer y mejorar los sistemas de gestión, supervisión y seguridad de las estaciones. Por último es necesario definir y mostrar las características de un demostrador que pueda servir de modelo para futuras infraestructuras.
Para el ministerio chino, el establecimiento de esta red de intercambio de baterías supondrá dos beneficios fundamentales. Reducirá el consumo de 700.000 toneladas de combustible y evitará la emisión de dos millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. El intercambio de baterías se establece como un sistema complementario al de la recarga porque cada una de estas soluciones tiene sus aplicaciones y su grupo de usuarios.