A pesar de que el mercado eléctrico mundial muestra claros síntomas de fatiga, los fabricantes no levantan el pie del acelerador. Los chinos demuestran que trabajan a un ritmo inalcanzable para el resto de fabricantes. Sus coches están en constante evolución. Mejoras continuas que suelen acompañarse de una bajada de precios. BYD quiere cerrar el año como el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo. Quieren superar a Tesla y para ello es necesario ofrecer productos igual de atractivos. El BYD Seal juega un papel fundamental en la estrategia y por eso acaba de presentar una más que interesante renovación que ahora, por fin, también podemos ver por dentro.
Desde el principio el Seal ha sido considerado como uno de los rivales más fuertes del Tesla Model 3. La popularidad del americano ha mostrado el camino al resto de rivales. Un coche de atractivo precio que destaca por su autonomía y su vistosidad. BYD no sólo es capaz de copiar esa fórmula, puede mejorarla. El Seal se lanzó al mercado a finales de 2022, aunque no fue hasta un año más tarde, a finales de 2023, cuando llegó de forma corriente a Europa. Su renovación se basa en la plataforma 3.0 de la casa, la misma que emplean el resto de miembros de la familia. Apenas unos centímetros le separan con respecto a su máximo rival. Con sus 4,8 metros de largo se sitúa en el segmento D europeo.
Un interior muy cambiado y mejorado para las versiones de 2025
La semana pasada, BYD hizo público el relanzamiento del Seal en su versión de 2025. A simple vista no hay grandes novedades, pero las hay. La carrocería es idéntica a excepción del nuevo logotipo en la parte trasera. Las letras de la compañía ocupan el espacio que antes ocupaban las palabras Build Your Dreams, que dan significado a la abreviatura. Si bien los chinos comunicaron una mejora en el apartado tecnológico gracias a la incorporación de un radar LiDAR, no pudimos ver nada del interior. Una estrategia comercial bastante interesante de los chinos. Desprenden la información por fases.
La mecánica no sufre, al menos que sepamos por ahora, cambios. La estructura seguirá apoyada en dos modelos con uno o dos motores cuyas potencias oscilan entre los 313 y los 530 caballos de potencia. La energía proviene de una batería LFP desarrollada por BYD con 82,5 kWh de capacidad bruta. La potencia de carga asciende hasta los 150 kW en corriente continua. En Europa, al menos por el momento, oficializa entre 520 y 570 kilómetros de autonomía eléctrica. Suponemos que esas cifras no cambian, pero como ya hemos dicho, BYD muestra la información con cuentagotas. Los precios, por ahora, no se han actualizado, aunque no sería extraño asistir a una bajada como ya ha pasado en otras actualizaciones de modelos de la marca.
En cuanto al interior, el Seal cambia ligeramente su aspecto para adoptar un estilo más moderno. El salpicadero se renueva para mostrar un aspecto más limpio y fluido. Las pantallas están mejor integradas, sobre todo la instrumentación, que a su vez incrementa el tamaño. El volante también se modifica, haciéndose más natural con una larga colección de botones que controlan funciones principales y corrientes como el equipo de sonido, la información del cuadro y el control de crucero. La pantalla central no parece cambiar de tamaño, manteniendo sus generosas 15 pulgadas con el característico volteo que le permite adoptar una posición vertical. El sistema operativo también se renueva ligeramente para que así pueda mostrar las nuevas funciones adquiridas con el radar LiDAR.