El fundador y director de Tesla, Elon Musk, enfoca su empresa como una gran tecnológica en la que la ingeniería tiene un papel fundamental. La inversión en I+D de Tesla por cada vehículo es superior a la del resto de los fabricantes. El CEO de la empresa californiana asegura que la tecnología es la mejor campaña de publicidad que existe, razón por la cual la inversión de Tesla en marketing hasta ahora ha sido de cero euros.
En Tesla, la ingeniería es uno de los principales objetivos. Los beneficios que el fabricante de automóviles ha experimentado como resultado de su inversión en ellas son multifacéticos. Para la empresa de Musk, la ingeniería está muy arraigada en las pruebas de investigación y desarrollo, lo que le ayuda a determinar qué diseños funcionan y cuáles no.
Según la consultora de inversión The Motley Fool, Tesla invierte mucho más en proyectos de I+D por vehículo que los fabricantes tradicionales. Sin embargo, invierte muy poco en relaciones públicas, marketing o publicidad. En 2020, Tesla gasto de media 2.984 dólares por automóvil en programas de I+D. Sin embargo, durante ese mismo año sus gastos en publicidad fueron nulos. No invirtió ni un solo dólar en promocionar su producto.
A modo de comparación, fabricantes tan asentados en la industria como Ford, Toyota, General Motors o Chrysler, propiedad de Stellantis, gastaron una cantidad considerable en publicidad por cada uno de los automóviles vendidos, pero a su vez, su inversión en I+D fue muy inferior a la de Tesla.
En este ranking, Chrysler es el líder con 664 dólares gastados en publicidad por cada coche vendido. Le siguen Ford con 468 dólares, Toyota con 454 dólares y, por último, General Motors con 394 dólares. Por otro lado, los gastos en I+D por cada automóvil vendido de cada uno de ellos fueron muy inferiores a los de Tesla: Chrysler gastó 784 dólares, mientras que General Motors, Toyota y Ford gastaron 878 dólares, 1.063 dólares y 1.186 dólares respectivamente.
Tesla enfoca su visibilidad ante los compradores en fabricar automóviles repletos de características útiles y funcionales, confiando en gran medida en su ingeniería. Una vez que ha logrado captar la atención, en lugar de las tácticas de marketing tradicionales basadas en campañas publicitarias multimillonarias, confía en el boca a boca para darlas a conocer y comercializar sus diseños.
El resultado de esta estrategia es que una empresa que fabrica automóviles puede impresionar a los compradores con su ingeniería, compitiendo en su merado de tú a tú con aquellos que emplean las tácticas tradicionales. Este controvertida manera de hacer las cosas ha propiciado que sus ventas hayan alcanzado sus máximos cada año.
En 2020, Tesla decidió disolver su departamento de relaciones públicas, lo que de ninguna manera supuso que se desmoronase. Al contrario, siguió ascendiendo en su valor de mercado hasta cotas a las que ningún fabricante de automóviles había llegado hasta ahora. Elon Musk ha creado un gigante financiero que actualmente domina el mercado de los vehículos eléctricos.
El secreto es el empleo de un software desarrollado e implementado completamente por la propia empresa, lo que le permite tener un control total sobre sus materias primas, desarrollar tecnologías y escalar el volumen de producción. Con las aperturas de las dos nuevas factorías, la de Austin en Texas y la de Brandeburgo en Berlín, el fabricante aspira a producir vehículos a escala lo suficientemente grandes como para merecer el título de "Giga" que tanto se emplea con ella. Más concretamente, ese escalado de la producción le permitirá capitalizar toda la inversión en ingeniería sobre la que se asienta la empresa.
Además, la integración vertical de la empresa le permite tener mucho más control sobre su cadena de suministro, eliminando intermediarios en todas y cada una de sus fases, desde la materia prima hasta la producción. El resultado puede considerarse como el comienzo de una nueva era para la industria del automóvil.