Las Islas Lofoten noruegas son un destino de ensueño, un lugar casi mágico que atrae cada año las visitas de numerosos turistas atraídos por la enorme belleza de un archipiélago con playas y áreas vírgenes, perfilado por montañas e islas al abrigo de las aguas abiertas del océano Ártico. Un paraíso que el gobierno noruego quiere preservar de la contaminación mediante el fomento de ferris de hidrógeno.
El ejecutivo noruego va a requerir el uso de ferris eléctricos propulsados por hidrógeno 'cero emisiones' entre Bodø y Moskenes a partir de 2024. La conexión Bodø-Røst-Værøy-Moskenes es la más larga de Noruega, por lo que los ferris eléctricos de batería son una alternativa poco viable a día de hoy (su autonomía no sería suficiente). Sin embargo, desde el gobierno noruego se ha anunciado que la próxima licitación para operar esta ruta pondrá como condición que se utilicen barcos de hidrógeno, según anunció el pasado fin de semana el ministro de Transporte de Noruega, Knut Arild Hareide.
Para llevar a cabo el proyecto, la administración pública noruega cooperará con las compañías operadoras, productores y distribuidores de hidrógeno y otras partes interesadas que quieran embarcarse en el proyecto. Las instituciones noruegas encargadas de la seguridad marítima, la protección civil y emergencias y salvamento ya han señalado que los nuevos ferris de hidrógeno tendrán que cumplir los máximos estándares de seguridad para ser tan seguros, o más, como los ferris convencionales empleados actualmente.
Recordemos que los vehículos de hidrógeno necesitan tanques de almacenamiento extremadamente robustos para poder albergar el hidrógeno a presiones muy elevadas y sin que haya fugas. El almacenamiento y transporte del hidrógeno son aspectos críticos en cuanto a seguridad debido a las propiedades de este elemento: la molécula de hidrógeno es la más pequeña de todos los elementos químicos, por lo que tiene mayor tendencia que otros combustibles a fugarse o escaparse por pequeñas aberturas u orificios. Además es bastante reactivo con el oxígeno y arde con una llama casi invisible.
Dada la importancia de esta ruta, tanto por el transporte privado como por el turístico, el gobierno noruego no quiere dejar cabos sueltos en el proyecto. Por eso, otro de los requisitos será que el ferry en cuestión pueda alimentarse también de biofuel o electricidad (gracias a unas baterías) para poder seguir operando en caso de que haya problemas con el abastecimiento de hidrógeno. Sabiendo esto, se presupone que los ferris contarán con redundancia de sistemas propulsores (eléctrico y de combustión).
Está previsto anunciar el ganador de la licitación para finales de este año, para poder firmar el acuerdo definitivo antes de verano de 2021. El ferry deberá empezar a operar el 1 de enero de 2024 y el contrato tendrá una duración de quince años.
La decisión de imponer esta condición tiene que ver con el objetivo de Noruega por reducir las emisiones de efecto invernadero en todos los ámbitos del transporte. Durante los próximos años, en Noruega se implantarán regulaciones de emisiones cada vez más estrictas también para el tráfico marítimo. Para el año 2026 sólo se permitirá la entrada a los famosos fiordos a los barcos híbridos o eléctricos que sean capaces de navegar sin emisiones.
De hecho, no será el primer ferry de hidrógeno en operar en Noruega. Para el año 2021 está previsto que empiece a navegar el primer ferry de gran tamaño propulsado por hidrógeno en la ruta de Bergen a Kirkenes. Se construirán un total de cuatro barcos de esta serie que, según su fabricante, contarán con el sistema de pila de combustible más potente jamás fabricado: varias pilas conectadas en paralelo con una potencia total de 3,2 MW.