Se dice siempre que de una boda sale otra boda, pero en el caso que nos ocupa lo que salió fue nada menos que la mayor startup industrial española: Wallbox.
En efecto. Corría el año 2015 y dos ingenieros, antiguos compañeros de Universidad que habían compartido el Trabajo de Fin de Grado sobre pilas de combustible de hidrógeno se encontraron en la boda de un amigo común. Entre gintonic y gintonic, empezaron a las 5 de la tarde a darle vueltas a cuál sería el mejor cargador del mundo y cómo tendría que ser. “Nos planteábamos que tendría que estar conectado a internet para que actualizase siempre el precio de la energía, que debería gestionar siempre la potencia para que, si tienes puestos el aire acondicionado y el lavavajillas, pudiese adaptarse para ajustarse a la potencia contratada; que habría de ser inteligente para que seleccionase la energía renovable para cargar el coche. Es decir, hablamos de todas las funcionalidades que tiene hoy Wallbox. Y luego pasamos a ‘¿cómo lo hacemos? ¿hay mercado?’ Y todo esto mientras nos íbamos tomando más y más copas”, recordaba Enric Asunción, CEO y cofundador en una entrevista en Emprendedores. Y a las 2 de la mañana se despidieron con un fuerte apretón de manos y el firme propósito de dejar sus trabajos al lunes siguiente para crear lo que hoy es la primera tecnológica española en cotizar en la Bolsa de Nueva York.
Ellos eran el propio asunción y Eduard Castañeda, CTO y cofundador. Tras la Universidad, cada uno se había ido por su lado. Asunción trabajaba como responsable de carga residencial de Tesla para Europa, tras un tiempo en Idiada, y Castañeda trabajaba en una consultora. Unos meses después de aquella boda, ambos se instalaron en Sant Andreu de la Barca, donde invirtieron todos sus ahorros. Hoy, casi ocho años después de aquel peculiar acuerdo diseñado sobre una servilleta de papel, Wallbox es líder mundial en cargadores residenciales de coches eléctricos, está en 113 países, tiene 4 plantas de producción, ocupa a 1.400 personas (aunque han anunciado un recorte del 15% en la plantilla) y recientemente han sido destacadas como una de las pocas empresas que ya cumplen con los requisitos del Decreto Buy America y el Programa NEVI de la Administración Biden, lo que les permitirá fabricar y comercializar sus cargadores producidos en la factoría que poseen en Arlington (Texas) en EEUU.
Aprovechando la reciente celebración de la Feria Genera, hemos querido hablar con el country manager para España y Portugal de Wallbox, Iván Tallón, para que nos cuente los próximos planes de la compañía y las novedades que ofrecen.
PREGUNTA. Ya conocemos las circunstancias en las que se gestó Wallbox, pero ¿por qué nace?
RESPUESTA. Nace para acelerar la transición energética, para acelerar el paso al vehículo eléctrico y para dejar un mundo mejor a los que vengan detrás. Lo que intentamos es derribar las barreras que hay en el acceso al vehículo eléctrico y creemos que una de las barreras prioritarias es fundamentalmente la infraestructura de carga. Nosotros suprimimos el problema de la carga a través de nuestras instalaciones.
P. Hoy Wallbox es el líder mundial de la carga doméstica de coches eléctricos, ¿cómo ha llegado hasta esta posición?
R. Yo creo que porque los fundadores fueron capaces de ver un nicho de mercado que no habían visto otros: entendieron que el futuro de la carga de los vehículos eléctricos estaba en la residencia porque, una vez que tienes carga en casa, se te acaban los problemas: vas a tener 300 o 400 kilómetros de autonomía, lo cual suele ser suficiente para suplir el 99% de las veces que utilizamos el vehículo. Vas a tener suficiente autonomía para ir y volver a casa en el día a día.
P. Pero, en estos tiempos tan tecnológicos, por muy pionero que seas, la competencia enseguida se pone las pilas...
R. Efectivamente, fabricantes de cargadores están saliendo y continuarán saliendo, pero tenemos un factor diferencial y es que no nos hemos enfocado sólo a hardware, sino también al software. De manera que la app, que es muy potente, integra todo y nos hace ir por delante de los competidores. Es como lo que ocurre en telefonía: ¿por qué hay más gente comprando Iphone con todas las opciones de móviles que hay? Porque integra también el software. Eso es lo que hacemos nosotros: lo integramos todo en un mismo dispositivo.
P. Es decir, seríais como el iPhone de la recarga residencial...
R. Exacto. Sí, seríamos como el iPhone de la recarga residencial. Desde el equipo más básico que tenemos ya es inteligente porque integra una app con la máxima potencia sin necesidad de irte a equipos muy sofisticados. Es algo que te aporta esta inteligencia diferenciadora.
P. Otro de los grandes problemas de la electrificación es también el precio, ¿qué soluciones ofrece Wallbox en este sentido?
R. Nosotros estamos intentando democratizar la carga. Nuestro posicionamiento en el mercado es puntero y muy asequible. Tenemos muchas opciones: el equipo más básico tiene un precio que ronda los690 más IVA y de ahí va subiendo hasta llegar a los más potentes que pueden alcanzar los 20.000 €;, pero esto ya serían instalaciones públicas.
En Wallbox queremos democratizar la carga de los coches eléctricos
P. Recientemente, el Parlamento europeo ha ratificado la prohibición de la venta de vehículos de combustión a partir de 2035, ¿qué impulso supondrá esa ratificación para Wallbox?
R. Un acelerón enorme. Hoy estamos en 84.000 vehículos electrificados, entre vehículos híbridos enchufables y eléctricos el año pasado, y tenemos que multiplicar ese número por diez para abastecer la demanda de 800.000 o 900.000 vehículos al año.
P. ¿Y esto no puede provocar un cuello de botella en la cadena de suministro y en los proveedores? Se calcula que a día de hoy sólo está instalado el 2% de los cargadores eléctricos necesarios, de manera que en apenas 10/12 años hay que instalar el 98% restante. ¿Puede suponer un colapso de la industria?
R. Ya hay un cuello de botella en la fabricación de vehículos eléctricos. Pero, en lo que respecta a nuestro sector, Wallbox se ha preparado para este acelerón. Tenemos una capacidad de producción bestial. Sólo en Barcelona esperamos producir para 2025 un millón de cargadores al año. Es decir, la producción es totalmente masiva y es algo diferenciador en Wallbox. Podemos dar respuesta a esa demanda que se avecina.
Sólo en Barcelona esperamos producir un millón de cargadores al año para 2025
Aunque Tallón no quiere hablar de lo que no sea España y Portugal, sus ámbitos de actuación, a la capacidad productiva de Barcelona hay que sumar también la de planta de Arlington, donde esperan alcanzar también el millón de unidades producidas para el año 2030.
P. Estáis enfocados en la instalación en residencial, pero también trabajáis la parte pública. Y ahí sí que parece que España está francamente mal: apenas tenemos 15.000 puntos de recarga y para 2030 necesitamos 300.000. ¿Qué hace falta para que se desarrollen más infraestructuras de recarga públicas?
R. En la parte pública uno de los grandes problemas es que hay muchas trabas burocráticas: existen muchos puntos parados administrativamente, las licencias se demoran entre 14 y 16 meses y todo eso ralentiza la implantación de los puntos. Está claro que estamos muy, muy lejos de los 100.000 puntos que necesitamos para 2025 y los 300.000 para 2030. El desarrollo de esta infraestructura tiene que ir de la mano de una agilidad administrativa. España es un país muy complejo administrativamente, con 17 realidades distintas.
P. ¿Es entonces un problema fundamentalmente administrativo?
R. El freno que estamos viendo sí. Hay muchísima demanda y muchísimos inversores interesados y dispuestos a trabajar e invertir en esto. La tecnología la tenemos desarrollada y la potencia es una cuestión de pedirla a los suministradores y que te la concedan. Técnicamente no hay complejidad.
P. Es cierto que hay mucho interés por parte del capital en invertir en todo lo relacionado con la movilidad eléctrica, ¿podemos estar ante un boom?
R. No. Hay unos compromisos de Europa y de España a largo plazo y no hay boom posible, hay un cambio energético mundial que ya estamos viendo en otros países como Noruega o, incluso, China mismo, que llevan 500.000 vehículos eléctricos cada mes. Es un cambio que llega para quedarse, como mínimo hasta que se cumplan los objetivos o hasta que aparezcan soluciones alternativas que en el corto plazo no parece que vaya a haber.
Hay un cambio energético mundial que ya estamos viendo en países como Noruega e, incluso, China
P. Y ¿cómo está España con respecto a Europa y otros mercados?
R. Muy atrasada. Si no estamos los últimos de Europa, estamos entre los últimos. Tenemos una cuota de mercado de nuevos registros entre enchufables e híbridos del 8% o 9%, donde el 4% son eléctricos y el 4% son híbridos enchufables, cuando en países como Noruega tienen el 80% de nuevos registros de vehículo eléctrico. Estamos muy, muy atrasados. Tanto en infraestructuras como en vehículos.
P. ¿Qué hace falta para incentivar la compra?
R. Además de la infraestructura de recarga, otra de las barreras es el precio. Los precios medios de los vehículos eléctricos en España no están al alcance del salario habitual español. Y eso lo están viendo los fabricantes chinos que empiezan a entrar con vehículos con precios que rondan los 20.000 euros que con las ayudas se quedan en 13.000 o 14.000.
P. Wallbox ha declarado en más de una ocasión que quiere ser un actor principal en la transición energética. ¿Qué pasos estáis dando en este sentido?
R. Para nosotros, el cargador es un facilitador hacia esa transición y entendemos que uno de los pilares es el vehículo eléctrico y lo que va a ser un gran reto es la gestión energética. En Barcelona, tenemos un software llamado Sirius que es capaz de interrelacionar la generación con la demanda. Es decir, gestionar la generación fotovoltaica con baterías estacionarias donde podemos almacenar energía y ponemos en el centro el vehículo eléctrico al que consideramos como una batería con ruedas. De manera que cuando hay puntas de demanda, podemos suministrar no sólo de la red, de los paneles fotovoltaicos y de las baterías estacionarias, sino también de los vehículos eléctricos con cargadores bidireccionales. Todo ese círculo virtuoso energético es lo que creemos que va a ser el futuro a medio y largo plazo: la gestión energética entre generación y demanda.
Nosotros consideramos al vehículo eléctrico como una batería con ruedas
P. Volviendo a los cargadores, ¿qué infraestructuras desarrolla Wallbox?
R. Trabajamos las áreas residencial, semipública (carga semirrápida) y pública (rápida que pueden cargar 100 kilómetros en 15 minutos). En España tenemos Pulsar Plus, Commander2, Commander 2S, Copper y Supernova. Las instalaciones residenciales son equipos inteligentes, son capaces de gestionar la energía de tal forma que no te salten los plomos, gestionan el consumo de la casa y dejan el restante para el vehículo y tienen funcionalidades solares, es decir que pueden alimentar el vehículo con energía solar. Sería un poco el wheel2wheel: es decir, tu coche es energéticamente sostenible y lo cargas con energía renovable.
P. El pasado 19 de enero Wallbox anunció un programa de reducción de gastos con el objetivo de adecuar su estructura de costes a las previsiones de ventas para 2023. Entonces se publicó que el ahorro estaría repartido a partes iguales entre gastos operativos y de personal, que afectaría aproximadamente al 15% de la plantilla. ¿Por qué han adoptado esta medida?
R. Es un ajuste de costes que no puedo comentar.
P. Y ¿cuáles son los planes a medio y corto plazo de la compañía?
R. Mantener la posición de liderazgo tanto en España como a nivel mundial y seguir innovando para seguir siendo el referente, aportando valor y acelerando la transición al vehículo eléctrico con nuevas soluciones que aporten nuevas servicios al cliente.