No corren buenos tiempos para la conducción autónoma y la experiencia habla de una tecnología en pañales, a la que le falta todavía mucho por evolucionar si queremos ver coches sin conductor por nuestras carreteras. Apple prometió en 2014 un automóvil con el máximo nivel de autonomía, pero lo cierto es que, con el paso de los años, han ido cambiando el objetivo del proyecto. De las tan ambiciosas expectativas iniciales, se pasó a hablar de una tecnología de nivel 4, que no es poco. Ahora, eso ni siquiera parece estar al alcance de la multinacional norteamericana.
Todo a pesar de que han invertido una cifra estimada en mil millones de dólares anuales, un presupuesto en el que también están incluidas las nóminas de algunos de los mejores talentos de la industria del automóvil, entre los que incluso aparecen extrabajadores de Tesla.
Pero es que Tesla tampoco lo está teniendo fácil en el campo de la conducción autónoma y, de hecho, no se está librando de los problemas en Estados Unidos por el descontento entre los clientes que esperaban mucho más del Autopilot. Las denuncias, los accidentes y los fallos se suceden desde hace meses, con una realidad que no es más que un sistema que no deja de ser de nivel 2+.
Y a eso es a lo que aspira ahora Apple con su coche. Todo a sabiendas de que Mercedes-Benz ya lo tiene, incluso homologado en algunos países. Básicamente, las ayudas a la conducción (Nivel 2) asisten de forma autónoma en momentos puntuales en la dirección, el acelerador y los frenos, pero el conductor no puede quitar la vista de la carretera y debe estar preparado para tomar el control del vehículo en cualquier momento. A partir del Nivel 3, las cosas cambian.
A los problemas que está teniendo Tesla con Autopilot, hay que sumar otro varapalo. Cruise, que pertenece a General Motors, perdió los permisos para operar con sus robotaxis en California tras varios incidentes. Estos coches autónomos estaban prestando servicio de transporte de personas, pero ocasionaron importantes atascos, accidentes y hasta algún atropello, por suerte sin consecuencias fatales.
Eso llevó a los legisladores a replantearse tener este tipo de coches por sus carreteras y lo cierto es que, desde octubre del año pasado, no se sabe nada de los vehículos de Cruise. Ahora, tienen como reto evolucionar y convencer a aquellos que perdieron la confianza en el automóvil sin conductor.
Con todo este marrón encima, no es de extrañar que Apple siga dándole vueltas a su proyecto. Si la última información era que su coche autónomo llegaría en 2026 con un nivel de conducción autónoma de nivel 4, ahora lo que sabemos es que aterrizará como pronto en 2028 y que tendrá un nivel 2+, es decir, que competirá con la tecnología ya existente.
Ahora tendrán que convencer a los inversores para que no abandonen el barco...
