Cada marca de coches está llevando a cabo una estrategia distinta para hacer frente a la dura competencia que llega desde China en forma de coches eléctricos baratos. Mientras unos fabricantes se apresuran a lanzar vehículos con precios mucho más asequibles y cercanos a los de sus rivales asiáticos, Ford esperará un poco más y no rebajará tanto sus tarifas.
Hay que entender que hay también medidas distintas en Europa y en Estados Unidos, ya que Ford parte de una normativa en su país de origen que ha aplicado una tasa de importanción del 100% a los coches fabricados en China desde mayo (frente al 25% de antes ).
Estados Unidos ha respondido con dureza a China
Por su parte, en el continente europeo se han puesto en marcha más tarde (el 5 de julio) y con un recargo extra del 37,6% para SAIC y otros fabricantes que no ayudaron en la investigación de la Unión Europa, mientras que para BYD son del 17,4% y para Geely del 19,9%. Para otras marcas chinas que sí pusieron de su parte mientras Bruselas investigaba las por entonces supuestas subvenciones desproporcionados del Gobierno chino, los impuestos suben un 20,8%.
Esto significa que, sumado al 10% de derechos de importación que ya se aplicaban, ni siquiera para SAIC llegan al 50% estos aranceles. Y además hay que tener en cuenta que Norteamérica, además de ser más dura en cuanto al impuesto aplicado, también ha mostrado una postura férrea frente a las autoridades chinas, sin dejarse amedrentar.
En el caso de los legisladores europeos, vimos como retrasaron la llegada de las tasas, para después rebajarlas un poco más frente a las propuestas inicialmente. Además de ser una medida cautelar, que durará cuatro meses, y de su continuidad en noviembre dependerá lo que se vote y de los resultados obtenidos en las próximas semanas. Para entonces, podrían extenderse durante cinco años, modificarse o directamente anularse.
De ahí que veamos a Ford con otra visión distinta de lo que tiene que hacer, pues el propio Jim Farley, CEO de la marca, en sus últimas declaraciones confirmó que en un período de dos a tres años conoceremos un nuevo coche eléctrico asequible con el emblema de la marca del óvalo.
Pero aunque será más barato que su propuesta cero emisiones actual, no va a tener el precio que podemos ver en modelos de fabricantes chinos, o incluso de fabricantes europeos que producen fuera de Europa, y que seguirán buscando soluciones para ahorrar costes y ofrecer unas tarifas finales que puedan competir con las del país asiático.
Ford quiere pelear con BYD y Tesla
El coche eléctrico asequible de Ford se lanzará con un precio en torno a los 30.000 dólares, que al cambio de divisa son unos 28.000 euros. Será un coche pequeño, de los que Jim Farley asegura que los clientes deben "volver a enamorarse". Especialmente en su mercado original, donde su tradición son grandes SUV y vehículos del segmento pick-up, como el Ford Explorer o el Ford Raptor.
Como rivales, el consejero delegado de la marca ve a BYD y a Tesla, que para cuando se lance el modelo de Ford ya tendrán nuevas propuestas en el mercado, a las que el fabricante norteamericano tendrá que adaptarse si quiere competir en igualdad de condiciones.
En una entrevista reciente, Jim Farley aclaró que "Hay que hacer un cambio radical como para llegar a tener un vehículo eléctrico rentable. Lo primero que tenemos que hacer es destinar todo nuestro capital a vehículos eléctricos más pequeños y asequibles". En su intervención también dejaba claro que, si quieren vender más allá de Norteamérica, esta es la manera de hacerlo y mantenerse a flote en el resto de mercados.