En apenas dos años, Jim Hackett (Columbus, 1955) ha conseguido orientar la estrategia del fabricante de vehículos Ford hacia el coche eléctrico. Este empresario estadounidense se convirtió en CEO de la compañía en mayo de 2017 sustituyendo a Mark Fields, un veterano que llevaba 28 años en la empresa. En este tiempo, Ford ha remodelado su estrategia y ha prometido el lanzamiento de 40 modelos electrificados –16 de ellos completamente eléctricos– hasta 2022. "Pronto habrá una gran sorpresa", reconoció Hackett hace unos días.
El directivo está considerado como una de las mentes más brillantes de una compañía que emplea a más de 200.000 trabajadores en todo el mundo. Un pensador "lateral", como él mismo se define. Su amigo David Kelley, CEO de IDEO, uno de los socios del departamento de diseño de Ford, lo catalogó también como uno de los directores ejecutivos "con mayor corazón" de la industria y dice de él que tiene "el don" de resolver de forma sostenible problemas que otras empresas no podrían gestionar. "Creo que su fuerte es lidiar con situaciones de tensión", reconoció Kelley en una entrevista.
Hackett, a diferencia de otros directivos, no tenía mucha experiencia en la industria de la automoción cuando accedió al cargo. Se licenció en Finanzas por la Universidad de Michigan y obtuvo un máster en Dirección y Administración de Empresas de la Universidad de Harvard. Su carrera laboral empezó en 1977 en la consultora Procter & Gamble, de donde salió cuatro años más tarde hacia Steelcase, una empresa de muebles con sede en Michigan.
Allí Hackett consiguió convertirse en el CEO más joven de la historia de la compañía con tan solo 39 años. Su espíritu innovador le llevó a contratar sociólogos para que ayudasen a los interioristas que diseñaron las oficinas de la firma a entender la forma de actuar de sus trabajadores. Fue uno de los actores principales que evitaron la quiebra de Steelcase y convirtió la empresa en una de las más prolíficas de su sector. Tras más de 20 años en Steelcase, en los que tuvo que acometer reestructuraciones que le obligaron a despedir a miles de trabajadores, se incorporó al panel directivo de Ford en 2013.
En Ford entró a formar parte de la división Smart Mobility de la compañía, la responsable de investigar sobre innovaciones y nuevas tecnologías. Su vuelta a Michigan le permitió compaginar su regreso a la universidad, esta vez como director deportivo del equipo de fútbol americano. Y es que Hackett, en su etapa estudiantil, fue jugador del mismo conjunto, los Michigan Wolverines, donde "no era el mejor, pero al menos lo daba todo", como el mismo reconoció, y que le valió para conocer de primera mano el trabajo en equipo. De hecho, en su breve estancia –solo estuvo hasta 2016– fichó al destacado entranador Jim Harbaugh y consiguió un contrato de 169 millones de dólares con Nike, el de mayor volumen en contratos universitarios.
Hackett le reconoce a sus padres, un veterinario y una artista plástica que se asentaron en Ohio en los años 50, que le "ayudasen a ver el mundo desde todos los ángulos. Teníamos ciencia y arte en la mesa para cenar". Hackett lleva más de 40 años casado con su esposa Kathy, con la que tiene dos hijos, Patrick y Rob, para los que querrá dejar como legado la transición hacia el vehículo eléctrico de Ford, una compañía que avanza sigilosamente pero con paso cada vez más firme –como refleja la reciente alianza con Volkswagen– para electrificar al completo su catálogo.