Al igual que sus hermanos de Jaguar, Land Rover se encuentra en pleno proceso de renovación. La marca inglesa tiene que dar un paso hacia delante, un salto a la movilidad eléctrica, aunque el panorama internacional no sea el mejor en estos momentos. Las ventas de vehículos eléctricos en Europa y Estados Unidos se está equilibrando, mientras que en China siguen disparadas. Será allí donde resurja uno de los modelos más icónicos de la marca, el Land Rover Freelander, aunque no sólo será un coche, sino toda una gama de productos electrificados que llegarán a todo el mundo. No hay fechas concretas, pero su llegada no sería antes de 2028.
Dentro de la industria del automóvil se respira cierto ambiente de tensión y preocupación. China y Europa acaban de iniciar una batalla comercial que nadie sabe cómo acabará. Muchas marcas europeas tienen importantes negocios en Oriente y se teme que el Gobierno chino tome medidas sancionadoras contra la decisión europea de elevar los aranceles a los vehículos producidos en China. Land Rover quiere que el mercado asiático se convierta en una de sus principales fuentes de ingresos y para ello cuenta con el apoyo del mayor exportador de coches del país, Chery. Una asociación que aunque muchos tachen como nueva, lleva más de una década teniendo éxito.
Un nombre clásico para un eléctrico con origen chino
Tal y como apuntan fuentes inglesas, Land Rover quiere recuperar la serie Freelander. Un modelo que estuvo en el catálogo entre 1997 y 2014. Su desaparición no dejó sucesor, pero ahora podríamos volver a verlo transformado en una gama completa de vehículos. Esta estrategia forma parte del plan general de Jaguar-Land Rover, ahora renombrada a JLR. Las dos compañías no sólo han fusionado sus iniciales, también han programado segmentar la marca en cuatro divisiones en lugar de las dos habituales: Range Rover, Discovery, Defender y Jaguar. Cuatro ramas de un árbol a la que pronto se sumará Freelander. Esta última tendrá un enfoque un tanto especial.
La semana pasada supimos que JLR ha firmado un gran acuerdo con sus colegas de Chery para emplear parte de sus tecnologías eléctricas. Dos plataformas para ser concretos. Tal y como anunciaron hace tiempo, JLR ralentizará la llegada de modelos eléctricos a la espera de un mercado más estable y seguro. Su interés se centra ahora en los modelos híbridos enchufables y para eso hará gala de estructuras modulares y de alta tecnología desarrolladas en China. Modelos híbridos enchufables con más de 1.000 kilómetros de autonomía que prometen dar flexibilidad a la estrategia de ‘todo eléctrico’ que ya estaba en marcha. Un cambio de última hora.
Sin embargo, el Freelander, y la gama que lo acompañe, se centrará en sistemas 100% eléctricos basados en una plataforma de Chery. Por el momento son pocos los detalles que se conocen de esta nueva ramificación de la empresa. El Freelander original se situaba como el modelo de acceso a la casa inglesa. Un vehículo con sobradas capacidades fuera del asfalto que si bien tuvo una larga vida comercial, tuvo que enfrentarse a diferentes problemas de fiabilidad y mala imagen. Tal y como ha mencionado JLR, la marca Freelander traerá “nuevos modelos fabricados en China y exportados al resto del mundo con un enfoque independiente tanto de la cartera existente de Chery como de la lujosa y moderna línea de JLR”.
Mientras tanto, los ingleses ultiman los preparativos para el que se convertirá en el primero de sus modelos eléctricos, el Range Rover. El buque insignia de la casa hace tiempo anunció la llegada de una variante impulsada exclusivamente por baterías. A pesar de que se desconocen muchos aspectos del que está llamado a ser uno de los eléctricos más imponentes del mercado, nada ha impedido que los de Coventry hayan recibido más de 16.000 pedidos en firme. Su lanzamiento está programado para el 2025, el mismo año del resurgimiento de Jaguar, que dará el pistoletazo de salida a su etapa eléctrica con un GT que si bien no será barato, demostrará el potencial de sus nuevos vehículos.